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Aunque dejó sin efecto las restricciones que por dos semanas paralizaron el fútbol, el juez Mariano Bergés advirtió en su dictamen que la Justicia “está muy cerca” de suspender los torneos organizados por la AFA.
Aunque reconoció que el fútbol constituye “una actividad de importante penetración en la sociedad argentina”, Bergés sostuvo que el marco de “extrema peligrosidad” en que se desarrollan los torneos organizados por la AFA han colocado a la Justicia “muy cerca de imponer su suspensión”.
El magistrado atribuyó a la “falta de previsión, desidia e inoperancia” de la Policía Federal los disturbios que se produjeron en el encuentro entre Boca y Chacarita, pero responsabilizó por la violencia en el fútbol no sólo a los uniformados sino también a los “dirigentes que dicen no conocer a los violentos”.
Bergés autorizó a la Policía Federal a “continuar brindando servicios” en “operativos de seguridad en encuentros deportivos organizados por la AFA en todas sus divisiones”.
El magistrado destacó, en una voluminosa resolución, que sólo el presidente de Vélez, Raúl Gámez, aportó información útil para esclarecer episodios de violencia. Es que el dirigente del club de Liniers reconoció los alcances de los vínculos entre barrabravas y dirigentes.
Precisó que, durante los quince días en que fue paralizado el fútbol, escuchó a “dirigentes descargando responsabilidades en la policía; policías en dirigentes; futbolistas reclamando por trabajo...; la AFA presentándose como abanderada de la Justicia; dirigentes que dicen no conocer a los violentos ni los reconocen cuando se exhiben fotografías, cuando cualquier simpatizante que concurre a una tribuna popular los conoce perfectamente...”.
El magistrado explicó que entre las hipótesis que maneja respecto de los incidentes registrados figura una línea de investigación que refiere que la policía pudo haber “liberado” la zona para “perjudicar a algún organismo del gobierno central, o a un candidato a la Jefatura del Gobierno de la Ciudad” o que pudieron existir “arreglos entre barrabravas, directivos de clubes y policías con fines delictivos”.