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En la provincia de Buenos Aires, dos de cada diez menores de entre 15 y 17 años abusan del consumo de alcohol, mientras que el 31 por ciento de los chicos de esa edad fuma más de diez cigarrillos por día. Un informe oficial sobre adicciones –legales o ilegales– precisa también que más de medio millón de bonaerenses admitió haber fumado marihuana en el último año, mientras que unos cien mil reconocieron que en ese lapso consumieron cocaína al menos una vez. La encuesta, que se realizó de acuerdo con las normas internacionales en la materia, es la segunda en su tipo que se hace en el país y la primera en la provincia. “Los resultados no hacen más que ratificar nuestra política orientada a modificar las normas en materia de oferta de alcohol para evitar la saturación del mercado, por entender que ese abuso en el consumo es muchas veces el paso inicial hacia otras adicciones más peligrosas”, sostuvo el subsecretario de Atención a las Adicciones, Claudio Mate, en declaraciones a Página/12.
Al poner el énfasis tanto en el alcohol como en el tabaco, Mate explicó que de acuerdo con la encuesta, realizada en 4000 hogares previamente elegidos según “las normas de la ONU supervisadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS)”, de los que “alguna vez experimentaron con drogas prohibidas, sólo el 30 por ciento sigue hoy consumiendo, mientras que el 80 por ciento sigue tomando alcohol”. Este primer estudio epidemiológico bonaerense estableció que “el abuso semanal de bebidas alcohólicas afecta a cerca de 1.300.000 bonaerenses mayores de edad”, mientras que son 3,5 millones los que consumen tabaco. La mayoría de ellos admite que tiene una relación de dependencia con la nicotina.
El capítulo destinado a las drogas ilegales señala que “algo más de un millón de personas probó marihuana alguna vez en su vida, más de medio millón admitió haberla consumido en el último año y entre 300 y 450 mil la consumen en la actualidad”. En lo que respecta a la cocaína, “más de medio millón de personas la probaron alguna vez en su vida, más de cien mil lo hicieron en el último año y entre 80 y 150 mil la consumen actualmente”. En la actualidad, entre 364.641 y 500.781 personas consumen alguna sustancia prohibida. De ese total, las tres cuartas partes participan también del consumo de alcohol o tabaco.
Un panorama general sobre una población total de 8.321.367 personas determina que “el 72,8 por ciento consume las llamadas drogas sociales (alcohol y tabaco), mientras que sólo el 5,2 por ciento recurre a las drogas prohibidas (marihuana, cocaína, alucinógenos, pasta base, inhalantes o éxtasis)”. El 84 por ciento de los varones toma alcohol o fuma –o tiene los dos vicios a la vez–, mientras que el porcentaje baja al 61,6 por ciento en el caso de las mujeres. Las drogas prohibidas son consumidas por el 8,1 por ciento de los hombres y por el 2,4 por ciento de las mujeres.
Al tabaco se lo señala como “la adicción de mayor instalación y de menor conciencia en la población, a pesar de que no sólo afecta a la persona que fuma sino que tiene consecuencias dañinas para otros, como lo muestra la amplia bibliografía sobre los efectos del tabaco en el fumador pasivo, por ejemplo los niños en el hogar”. Los que admitieron adicción a la nicotina fueron alrededor de tres millones de personas que fuman al menos diez cigarrillos por día.
El consumo de alcohol está también “ampliamente extendido, lo que no constituye necesariamente un problema de salud. En cambio, lo que sí constituye un problema es el abuso de las bebidas alcohólicas”, lo que se establece a partir de la ingesta de “más de 100 centímetros cúbicos de alcohol puro en cada oportunidad”. Dentro de esos parámetros, “dos de cada diez menores de edad (más de 100.000 jóvenes en total) abusan semanalmente del alcohol”. Eso involucra a más del 40 por ciento del total de jóvenes de entre 15 y 17 años que viven en la provincia de Buenos Aires.
El subsecretario de Atención a las Adicciones, Claudio Mate, insistió en que es “prioritario reformular las normas para controlar la venta dealcohol, revisando el régimen de licencias a los locales de expendio de bebidas, como ocurre en Europa o en Estados Unidos”. En la provincia se abrirá un registro –desde supermercados hasta maxikioscos– y los comercios que no estén autorizados “no podrán vender alcohol”.
La provincia impulsa también la sanción de una ley nacional destinada a prohibir que “los ídolos del deporte sean usados como señuelo para alentar el consumo de alcohol en los jóvenes”. Esto, admitió Mate, traerá seguramente polémica porque se impugnaría que la camiseta de los jugadores llevara la inscripción de una bebida alcohólica, como hoy ocurre en el caso de clubes como River Plate y Quilmes. “No se pretende prohibir que esas empresas puedan ser sponsors del club, pero sí que exhiban el nombre de la bebida en la camiseta.”