Este año, para lamento de la enorme legión de seguidores que habían amasado, no competirán los hermanos Marcos y Alejandro Patronelli, los argentinos con más suceso en el Dakar sudamericano. El traumático abandono de Marcos en la edición pasada, cuando se cayó en la montaña, aconsejó un parate, que solo el tiempo dirá si es simplemente una pausa. Ante la ausencia de los hermanos de Las Flores, cobra fuerza la candidatura en cuatriciclos de Lucas Bonetto, el joven de Ushuaia cuyo prematuro abandono en 2014 causó decepción. “Sé que no están los Patronelli pero primero quiero vencer y después fijarme a quién derroté”, señala el piloto del cuatriciclo Honda Nº 258, que al cabo de la temporada se consagró campeón argentino de Cross-Country.

“La mayoría de los argentinos nos sentimos cómodos en los pisos duros: prácticamente nos criamos arriba de las piedras”, apunta, marcando la diferencia entre el propicio terreno argentino, montañoso y firme, y la parte chilena del recorrido, marcada por las dunas y los tramos arenosos. “En Chile empezarán las dificultades. Entreno todo el año sobre distintas superficies, pero el último mes previo a la carrera afino la puesta a punto en los médanos de la costa argentina”, explica Bonetto, que estudia ingeniería industrial en Buenos Aires. “Es buenísimo que el Dakar arranque y tenga la llegada aquí.”

Bonetto tendrá como mochilero a su compañero de equipo, Daniel Domaszewski, que correrá otro cuatriciclo Honda del equipo Elaion YPF Moto Rally. “Espero que me ayude a conseguir un buen resultado, no me conformo con menos que el podio”. El equipo se desplaza a lo largo de la ruta del rally con un vehículo pesado de asistencia mecánica a los dos cuatriciclos (salvo en las etapas maratón), un vehículo liviano para descanso de los pilotos, cuatro mecánicos y un asistente multifunción.

En la especialidad de cuatriciclos se registra la mayor proporción de pilotos argentinos: 15 de los 46 inscriptos (más del 30 por ciento) son locales. Además de Bonetto habrá que seguir a Sebastián Halpern (Yamaha Nº 255) y al chico Jeremías González Ferioli (Yamaha Nº 261), que en 2014 fue el participante más joven del Dakar, con 18 años, y aún así llegó sexto.