DEPORTES › NIGERIA SIEMPRE ES DE TEMER
Aguilas al ataque
“Cuando los africanos sumen a su técnica disciplina táctica y profesionalismo no les gana nadie.” Desde la irrupción de Camerún en el Mundial 90 y luego de varios títulos en juveniles, la frase se escuchó en innumerables ocasiones. Y dentro de los posibles candidatos a pegar el gran salto siempre se mencionó a Nigeria. Talento, fortaleza física, experiencia en diferentes clubes europeos y una gran inspiración individual son las virtudes que siempre se les reconocieron a “Las Aguilas Verdes”. Con dos Copas del Mundo de experiencia y un título olímpico, para la generación de oro que encabezan Finidi George, Sunday Oliseh, Agustine Okocha y Nwankwo Kanu, es la última oportunidad para concretar lo que insinuaron en los diferentes equipos que participaron.
El conjunto nigeriano perdió potencial respecto de los mundiales anteriores, donde accedió a los octavos de final. El recambio generacional para potenciar a los históricos no llegó en la medida esperada. Apenas se puede destacar la presencia de Aghahowa, un delantero muy veloz y potente, que tampoco tiene un puesto asegurado entre los titulares. Por eso, su viaje por las eliminatorias fue muy complejo y recién pudo asegurar su pasaje a Japón y Corea en la última jornada, postergando a la Liberia de George Weah.
Para sumar inconvenientes, la floja tarea del equipo en la Copa Africa complicó el panorama. Tras quedar en el camino en semifinales ante Senegal, el entrenador Amodu Shaibu, el primer técnico nigeriano en conseguir la clasificación para el Mundial, debió abandonar su cargo. Para reemplazarlo, la Federación de fútbol designó a Festus Onigbinde, aunque está buscando algún patrocinador para poder contratar a un conductor extranjero.
Pero el frustrante paso por Mali no sólo se llevó la cabeza del entrenador. La prensa cuestionó con dureza a los jugadores, a los que acusó de formar dos grupos que conspiraron contra las chances del equipo. Por ese motivo, el defensor Taribo West, ex Milan e Inter, fue separado del plantel, aunque el nuevo técnico seguramente modificará la medida. Oliseh, el volante central del Borussia Dortmund, también fue sindicado como jefe de una de las bandas, algo que el jugador negó rotundamente. Claro que la primera decisión que tomó Onigbinde fue darle la capitanía a Kanu, en una muestra de querer modificar la relación de poder dentro del grupo.
Más allá de que con el nuevo técnico no jugó partidos, el esquema que utiliza Nigeria es un 4-3-1-2, aunque su fortaleza no tiene que ver con la rigidez táctica sino con las virtudes individuales de sus futbolistas. Con la inspiración de Okocha, la fineza de Kanu, la velocidad de Tijani Babangida y la capacidad de Finidi, Nigeria siempre será un rival para tener en cuenta.
Un dato no menor sobre la participación de Nigeria en casi todos los torneos internacionales tiene que ver con el declive que experimenta a medida que avanza el torneo. En los dos últimos Mundiales y en la Copa Africa, en los primeros partidos Nigeria sorprendió con actuaciones deslumbrantes, que a muchos lo llevaron a pensar en un potencial candidato. Sin embargo, en los siguientes encuentros nunca consiguió repetir esos rendimientos y terminó siendo eliminado con partidos muy opacos. En el Mundial pasado, en el debut bajó a España y después bailó a Bulgaria, pero luego perdió ante Paraguay y se fue del torneo goleado por Dinamarca. Tal vez la idiosincrasia de su juego o la conformidad por darse por satisfechos con lo logrado los lleva a perder la concentración en los tramos más importantes de la competencia. Claro que, para Argentina, ese antecedente no es para alegrarse: El primer partido de los nigerianos, el 2 de junio en Ibaraki, es ante el conjunto de Marcelo Bielsa...