DEPORTES
Una discutible tendencia
Por P. V.
Michael Schumacher tiene 35 años. Corre desde hace 32: empezó a los tres años con un karting que le construyó su padre y no paró nunca. Se puede decir que los siete títulos mundiales de F1 que consiguió tienen sus raíces en su tan temprana dedicación. Ese puede ser un argumento a favor de la decisión de Camilo Echevarría.
El Flaco Traverso, que tiene 53, se la pasa quejándose de los pibes que tienen 18 años y ya compiten contra él, porque asegura que son muy jóvenes para entender lo que significa correr a más de 200 km/h y medir con propiedad los riesgos. Ese podría ser un argumento en contra.
¿Cuál es el límite? Schumacher corría los fines de semana y vivía de lunes a viernes en su casa de Kerpen, entre afectos, amigos, una existencia común. Los Camilo que parten de la Argentina se desarraigan, sufren la ausencia, incluso ven su carrera frustrada por el mal de la distancia, como en el caso de Esteban Tuero, que empezó a correr a los 15 años, se fue a Europa a los 17 y dejó la Fórmula 1 a los 20.
Los astros son cada vez más jóvenes. Es una tendencia inexorable en el deporte mundial, lo cual no quiere decir que sea buena, ni siquiera buena para los propios protagonistas. Se advierte claramente en el tenis, se comprueba en el fútbol. Es un proceso que genera el marketing, exacerbado por las leyes del mercado, que deja algunos ganadores y, por supuesto, muchos perdedores, con la frustración que supone, ante la relativa madurez con que se cuenta para afrontarla.