“Estamos dos puntos arriba y es lógico que la gente se entusiasme, pero lo concreto es que acá el que gana un par de partidos seguidos sube a una buena ubicación, pero en cuanto pierde la misma cantidad se aleja muchísimo”, describió el técnico Ramón Cabrero, quien al mismo tiempo admitió que “Lanús es un equipo de regular para abajo como todos”. “La sensación que tenemos en la cancha es que en cualquier momento podemos hacer daño. Tenemos jugadores que pueden sorprender y generar en cualquier momento situaciones de gol”, agregó Cabrero, tras el entrenamiento matutino, que se dividió en dos grupos: los jugadores que fueron titulares el viernes realizaron ejercicios regenerativos y los suplentes, en cambio, hicieron práctica de fútbol en espacios reducidos. Uno de los que se afianzó en los once de Cabrero es el defensor Walter Ribonetto, quien se refirió al próximo rival que, al igual que Lanús, también atraviesa un gran presente: “Tigre es un equipo difícil y, hoy por hoy, parece el rival a vencer. Viene de la B Nacional con la misma base y trabaja muy bien los partidos. Será durísimo, pero si lo ganamos sería un golpe muy bueno para lo que falta”.