François Dosse, historiador del pensamiento, filósofo de la historia, habla de los otros mientras que, por uno de esos tramposos rodeos de la palabra, está hablando de sí mismo, intentando otorgarle inteligibilidad a lo que hace desde hace muchos años. Asegura estar encantado con Buenos Aires, ciudad a la que llegó como invitado central de la primera Escuela de Verano en Enseñanza de la Historia, organizada por el Centro de Estudios en Didácticas Específicas, de la Escuela de Humanidades de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) y llevada a cabo a fines del mes de febrero. Su labor académica y libresca es vasta: es profesor de la Universidad París 12 (Créteil), miembro del Centro de Historia Cultural de la Universidad de Versailles/Saint-Quentin-en-Yvelines desde 1998, uno de los fundadores de la Revista Espaces-Temps desde 1984, colaborador de la revista O Olho da Historia, Revista de Historia Contemporánea desde 1996, miembro del Consejo Asesor de la revista L’Espill de la Universidad de Valencia, España, desde 1999 y miembro del Consejo Científico de la revista Historia y Grafía, México 2000. La indagación sobre la figura del intelectual guía toda su obra: desde el libro La marcha de las ideas. Historia de los intelectuales, historia intelectual, hasta su último libro, una biografía cruzada de Gilles Deleuze y Felix Guattari. Publicó, además, semblanzas críticas sobre Paul Ricoeur y Michel de Certeau, El imperio del sentido. La humanización de las ciencias humanas y una Historia del estructuralismo.