Maïté Maskens hizo sus primeros estudios etnográficos en el cruce entre migración y religión, en una iglesia de fieles congoleses y en otra visitada por migrantes de América Latina. Su idea era que, en un contexto hostil donde los inmigrantes no son acogidos, la Biblia ayudaba a sobrellevar ese proceso. El siguiente paso fue llevar la experiencia migratoria al terreno afectivo. El amor y sus fronteras era el título de su siguiente investigación. “Me interesaba analizar las parejas binacionales, que transgredieran algún tipo de frontera”. Maïté Maskens es una antropóloga belga que vive en el Sur argentino. Durante la labor de su proyecto posdoctoral, Maskens ha participado junto a investigadores de distintos países, de una serie de seminarios sobre teorías desde el Sur y movimientos de poblaciones, organizados por el Centro de Estudios Sur Global de la Unsam y financiados por la Universidad de Bergen, Noruega.