La Aduana acaba de poner contra las cuerdas a los importadores de zapatillas deportivas Adidas, Nike, Reebok y Puma. Según pudo confirmar Página/12, el organismo de control les reclamó la semana pasada 9 millones de dólares por haber eludido impuestos a través de maniobras de subfacturación. El código aduanero prevé además una multa por “declaración inexacta” que, en este caso, podría sumar otros 45 millones de dólares. La demanda se circunscribe fundamentalmente a lo ocurrido en 2005, pero los investigadores sospechan que la estafa se estuvo llevando adelante hasta ahora. En ese caso, el monto del reclamo será mucho mayor, pues la importación de calzado creció de 183 a 315 millones de dólares anuales entre 2005 y 2007.

La maniobra de elusión era sencilla. La legislación establece que las empresas deben dejar asentado en sus declaraciones de importación si abonan cánones o licencias a sus proveedores del exterior, pues el monto correspondiente a esa erogación se debe sumar prorrateado a lo que pagan por el producto, elevando la base sobre la que se calcula el impuesto. En todos los casos, las firmas eludieron la respuesta o directamente dijeron que no abonaban esos derechos. Sin embargo, los inspectores aduaneros comprobaron lo contrario.

Primero verificaron que los pagos realizados por las compañías tenían una doble vía de salida al exterior. Una parte menor –inclusive inferior al valor que declaraban ante la Aduana– les era enviada a las firmas fabricantes de las zapatillas, las cuales están ubicadas, por lo general, en países asiáticos como China, Indonesia y Vietnam debido a los bajos costos laborales existentes en esa región. El resto del dinero se giraba a los titulares de las marcas internacionales con sede en Estados Unidos (Nike), Inglaterra (Reebok) y Alemania (Adidas y Puma). Luego los inspectores realizaron auditorías en la sede de las importadoras y detectaron contratos comerciales y documentos probatorios de pagos de licencias que terminaron de relacionar a esas firmas con los dueños de las marcas.

Una vez comprobado el vínculo empresario, el organismo comandado por Ricardo Echegaray procedió a cuantificar la incidencia del canon o derecho de licencia en los precios originalmente declarados, para así recomponer las respectivas bases imponibles y precisar el monto de la estafa. Según la Aduana, el promedio de subfacturación efectuado por las importadoras promedió el 13,18 por ciento del total, lo que motivó el reclamo de 9 millones de dólares correspondientes a impuestos impagos. El código aduanero establece además una multa que puede llegar a cinco veces el valor del perjuicio fiscal, lo cual en este caso equivale a un máximo de 45 millones de dólares.

La firma importadora es la que deberá enfrentar la sanción, pero en este caso las propias multinacionales dueñas de las marcas tiene participación en las licenciatarias locales. Por lo tanto, la multa les impactará de manera directa.

Fuentes oficiales informaron a Página/12 que los cálculos contemplan las maniobras de subfacturación realizadas fundamentalmente en 2005, pues es el período sobre el que se ha trabajado hasta el momento. Sin embargo, la investigación oficial continúa y se da por descontado que la demanda abarcará también los años 2006 y 2007. Eso elevará notablemente el monto del reclamo, pues las importaciones vienen en ascenso tanto en cantidad como en precio, en este último caso debido a los mayores controles y la fijación de valores criterio.

En 2005 se importó calzado por 185 millones de dólares y 54 millones correspondieron a compras realizadas en China, Vietnam e Indonesia (29 por ciento del total). Un año después, el monto global trepó a 234 millones y esos tres países asiáticos sumaron 82 millones (35 por ciento), mientras que el año pasado las cifras se elevaron a 315 y 113 millones de dólares, respectivamente (36 por ciento). La gran mayoría de las importaciones provenientes de Asia corresponde a zapatillas Adidas, Nike, Reebok y Puma, pero también habrá que sumar lo que los licenciatarios de esas marcas importaron vía Brasil.