Jueves, 3 de abril de 2008 | Hoy
ECONOMíA › LOS PRODUCTORES HICIERON CATARSIS
Los representantes del campo advirtieron en el acto de Gualeguaychú que el conflicto no terminó y que seguirán “en estado de alerta y movilización”. Críticas al Gobierno.
Por Tomás Lukin
Hablaron todos. Los productores levantaron los cortes de ruta y las entidades agropecuarias pusieron en stand by el lockout. La consigna ahora es dialogar “serena y profundamente” y “buscar otra metodología de lucha”. Los representantes del campo advirtieron que el conflicto no terminó y que siguen “en estado de alerta y movilización”. Así, si en treinta días no se “resuelve el problema de fondo” y no se llega a “la solución integral que los productores necesitamos, volveremos a cortar las rutas definitivamente”, anunciaron en Gualeguaychu.
Después de 21 días de góndolas vacías, 7 millones de litros de leche desperdiciados, 1,3 millón de pollitos sacrificados y pérdidas por 3 millones de pesos en frutas y verduras podridas, los productores del campo se disculparon por el desabastecimiento. “Les vamos a abastecer las ciudades porque no somos insensibles, porque no somos golpistas”, señaló en su discurso Juan Etcheverría, productor de la asamblea de autoconvocados. Por su parte, Alfredo De Angeli, director entrerriano de Federación Agraria (FAA), dijo: “Pido disculpas a los pueblos que se quedaron sin alimentos por los cortes de rutas”. Eduardo Buzzi, presidente de la FAA, culpó al Gobierno por la falta de productos: “El desabastecimiento, que pudo haber pasado en algún rubro, es una consecuencia, no un objetivo. Es la consecuencia de haber llevado las cosas hasta donde la llevaron, lo podrían haber prevenido”.
Las cuatro entidades del campo –Confederaciones Rurales, Coninagro, Federación Agraria y la Sociedad Rural– consideraron que abrieron una nueva etapa para la discusión. En “La proclama de Gualeguaychu”, el documento leído al comienzo del acto, los productores sostuvieron: “Deseamos aportar propuestas, escuchar razones y buscar juntos soluciones, pero que éstas no se agoten en problemas de coyuntura, queremos que se echen las bases para pasos futuros”. Con respecto a las medidas anunciadas el lunes pasado, De Angeli comentó: “No deseamos que nos devuelvan sino que no nos saquen”.
Con una posición más conciliadora, Mario Llambías, titular de CRA, sostuvo: “No queremos que nos vuelvan a versear, no queremos terminar con las manos vacías”. Además instó a los productores a que restrinjan sus ventas de granos a lo mínimo posible. “Mientras no les paguen lo que corresponde no regalemos nuestro trabajo a un grupo de mafiosos”, comentó. Aunque no quedó claro si la referencia era a las exportadoras o al Gobierno. De tratarse de las primeras –grandes ausentes en la discusión– el argumento sería evitar que, excusadas en el aumento de las retenciones, distorsionen y depriman los precios de venta de los productores. Así, habría que esperar para comercializar normalmente hasta que las reglas del juego queden establecidas. Si la alusión es al Gobierno, la intención es que no se olvide que el levantamiento es sólo momentáneo hasta ver como se desarrollan los acontecimientos.
Los productores remarcaron que se encargarán de controlar que lo ofrecido por el Gobierno funcione y pidieron garantías para que “nos llegue la plata, la porquería que nos ofrecieron”, enfatizó Etcheverría. Otra de las demandas es que “sean los poderes legislativos los que establezcan los impuestos”. A su vez, Llambías anunció que pedirá la conformación de una “mesa de política agropecuaria permanente con funcionarios que tengan poder político tomar decisiones y conocimiento del sector”. Sin embargo, según dijo antes de ayer el ministro de Economía, Martín Lousteau: “En la reunión que tuvimos el viernes el jefe de Gabinete se comprometió a tener una mesa semanal, para discutir todos los temas que hacen a la actividad agropecuaria, carne, leche, todos los cultivos, la frutihorticultura; y la respuesta fue que no se quería discutir”.
Contra toda la teoría económica –ortodoxa y heterodoxa– que sostiene que un impuesto a las exportaciones produce presiones a la baja en los precios internos, el presidente de la Federación Agraria cuestionó la efectividad de las retenciones como herramienta “para amortiguar los precios en el mercado doméstico” y además sostuvo que “no tienen que ver con la redistribución”. “Tenemos retenciones, pero también compensaciones, que estuvieron dirigidas en un 40 por ciento a cinco grandes empresas”, explicó Buzzi. El dirigente sostuvo que los beneficiarios de las compensaciones del sector fueron: “La Aceitera General Deheza, La Serenísima y Molinos Río de La Plata, hacia ahí va el proceso de redistribución”.
Tras citar el caso del desembarco de la mano del Gobierno del magnate sojero, Gustavo Grobocopatel, en Venezuela, Buzzi llamó a “cambiar la alianza con los pools de siembra y empezar a fortalecer a los medianos y pequeños productores, que somos el verdadero motor del desarrollo regional”.
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