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En la primera quincena del mes, los amparos judiciales alcanzaron a 311 millones de pesos, según un informe del Banco Central al que tuvo acceso Página/12. Si bien ese dato confirma la desaceleración de la fuga de depósitos por la vía judicial, también revela que Roberto Lavagna no logra seducir como quisiera a los ahorristas con sus ofertas de canje de depósitos por bonos. Tal como sucedió en agosto, la proyección de este mes indica que los amparos dejaron de ser un problema crítico para la evolución de la economía. De hecho –y si se confirma la tendencia–, el monto definitivo de setiembre quedará lejísimo de los 1200 millones de pesos mensuales previstos en el programa monetario del Banco Central.
A pesar de esta realidad, el Fondo Monetario insiste con la necesidad de darle un corte definitivo a los amparos. E incluye ese reclamo como un condicionante para rubricar un acuerdo con la Argentina. Sin embargo, tanto en el Palacio de Hacienda como en el Banco Central aseguran desconocer el volumen de amparos pendientes en la Justicia, un dato relevante para prever si habrá más fugas del sistema bancario.
La tendencia declinante de los amparos queda demostrada con los datos oficiales de las últimas semanas. La salida de agosto alcanzó 544 millones de pesos, y la proyección teórica para este mes empata ese total. Pero debe recordarse que los amparos de los meses precedentes superaron los 1100 millones, con un máximo en mayo de 1258 millones. La evolución de las medidas judiciales es importante debido a que, seguramente, en algún momento el Estado terminará haciéndose cargo de una parte de ellos: la correspondiente a la diferencia entre el tipo de cambio libre y el 1,40 más CER que aseguran los bancos.
Pese al freno de los fallos judiciales, el Fondo sigue considerando a los amparos como un cuco y pretende que el Ejecutivo acuerde con la Corte Suprema una solución definitiva al tema. La última ficha jugada por Lavagna para liquidar la cuestión fue el levantamiento parcial del corralón y el lanzamiento de un nuevo canje de depósitos por los Boden y los certificados bancarios, ambos a 10 años y medio de plazo pero con la chance de recuperar los dólares. Con el retiro sin restricciones de las colocaciones originalmente inferiores a 7000 pesos, el ministro liberó al 60 por ciento de los ahorristas acorralados. El porcentaje treparía al 67,5 por ciento en caso de que los bancos eleven aquel monto a 10.000 pesos.
El levantamiento de esa fase del corralón se iniciará el 1º de octubre, pero hubo amparistas que prefirieron no esperar. En las primeras dos semanas de setiembre hubo 706 personas que se llevaron sus depósitos inferiores a 10.000 pesos, por un total de 3,4 millones de pesos. En todo caso, la ventaja de estos ahorristas fue que, seguramente, recuperaron sus depósitos al tipo de cambio libre y no a 1,40 más el CER de quienes cobrarán tras la medida tomada por el ministro de Economía.
En lo que va del año, los amparos totalizan 6421,8 millones de pesos. De este total, 3527 millones correspondió a amparos pesificados al tipo de cambio libre respectivo, mientras que el resto (873,8 millones) fueron pagados con dólares billete. De esta proporción se desprende que el tipo de cambio promedio para los amparos resultó de 3,3 pesos por dólar. Desde que empezó el año, hubo 77.482 amparos exitosos.
En las primeras dos semanas de setiembre se confirmó la tendencia de los meses anteriores. La mayor cantidad de amparos se dio en el tramo de depósitos de 20.000 a 50.000 pesos: 1002 casos, la cuarta parte del total. En segundo lugar figuran los retiros del tramo de entre 50.000 y 100.000 pesos (737 casos). Otro dato llamativo en lo que va del mes refieren a los 10 amparos que debieron asumir el Comafi y el Macro-Bansud tras hacerse cargo del Scotiabank Quilmes.