ECONOMíA › UN DIA DE REUNIONES PERMANENTES EN LA QUINTA DE OLIVOS

“Nos dejan sin comida”

El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, dieron una conferencia de prensa en la que dijeron que el diálogo era posible “sin imposiciones”. Los posibles nuevos anuncios y los pasos a seguir.

 Por Daniel Miguez

“En estas condiciones es imposible volver al diálogo. Vamos a ver mañana qué pasa con los cortes. Cuando haya una señal de ellos nosotros los llamamos. Estamos en un problema, es cierto, porque, además, si la dirigencia rural dijo que levantó el lockout, la verdad es que no tienen la más mínima autoridad, porque muy pocos le obedecieron.” Así se despachaba anoche ante PáginaI12 uno de los más cercanos funcionarios a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Poco después, el escenario se agravó: la Mesa de Enlace llamó a un cese se comercialización de productos agropecuarios y a un día de protesta para el miércoles próximo.

Por la noche, pero antes del anuncio de los ruralistas, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, había dicho en conferencia de prensa en la Casa de Gobierno, que “el diálogo es posible”, pero “sin imposiciones y sin presiones”. Algo bastante parecido a decir que no era posible si el lo-ckout seguía de hecho y las cámaras agropecuarias amenazaban con volver a formalizarlo, como finalmente lo decidieron.

Fue un día de sesión permanente en la quinta de Olivos, donde la Presidenta estuvo reunida con su esposo y titular del PJ, Néstor Kirchner, con el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, y el jefe de Gabinete. La cúpula del Gobierno vio por TV el intento de despejar la ruta 14 y las detenciones en Gualeguaychú. También evaluaron mensajes que les habrían hecho llegar los productores agropecuarios argumentando que las “bases” no les respondían y que si no se ponían otra vez al frente de la protesta quedaban “pintados”. Finalmente decidieron que el jefe de Gabinete y el ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, fueran a la Casa Rosada a dar una conferencia de prensa.

Los dos Fernández llegaron antes que los periodistas y aprovecharon para seguir analizando los últimos acontecimientos junto al ministro de Planificación, Julio De Vido, y el de Interior, Florencio Randazzo, en el despacho de este último. Allí vieron como Alfredo De Angeli volvía al piquete en andas.

En la sala de conferencias, Alberto Fernández hizo una descripción de lo ocurrido ayer y un breve repaso de los tres meses de conflicto. Señaló que antes del desalojo de la ruta los piqueteros rurales fueron intimados tres veces y respondieron “de una forma burlona” y que las detenciones se hicieron “sin represión”. “Los cortes afectan a todos los argentinos, los dejan sin comida y generan un clima de intranquilidad pública”, agregó.

El jefe de Gabinete sostuvo que “lo que sucedió es una nueva muestra de una dirigencia que sostiene el modo de protesta del corte como válido”. Y volvió a pedir “sensatez” a los ruralistas para poder retomar el diálogo. “No ha sido el Gobierno el que rompió el diálogo. Quienes deben revisar las posibilidades de dialogar son quienes las han puesto en crisis”, afirmó. También defendió la constitucionalidad de las retenciones y lo comparó con la inconstitucionalidad de cortar rutas. “No sé de donde nace la inconstitucionalidad de las retenciones, están previstas en el artículo 4 de la Constitución”, explicó. En cambio sostuvo que “las peores violaciones a la Constitución son los cortes de ruta que dejan sin comida a los argentinos”.

Al contestar preguntas de la prensa, respondió que “nunca se pensó en fijar el estado de sitio” y desestimó la comparación de un periodista entre estos piquetes con los del paso a Fray Bentos por el conflicto con Uruguay o los de movimientos de desocupados: “Este lleva tres meses y hace que no llegue la comida a la mesa de los argentinos y los insumos a las industrias”.

La expectativa para hoy son los cortes de ruta. Para el Gobierno, hay una realidad inexorable: sin son muchos no hay posibilidades materiales de desalojarlos a todos.

El plan que se había trazado la Casa Rosada el viernes suponía que el acuerdo alcanzado por el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, con seis de las cámaras que agrupan a los dueños de los camiones iba a hacer que gran parte de las rutas queden liberadas y que a partir de ahí otros transportistas se irían retirando de a poco. En la previsión se contemplaba que persistieran algunos cortes en la provincia de Córdoba y en La Pampa, pero que la orden de que se denunciaran los cortes ante la Justicia y la presencia de Gendarmería actuaría como disuasivo. Aun así, no descartaban algún hecho de violencia aislado. Lo ocurrido ayer en Gualeguaychú no sólo rompió las previsiones y aplazó las conjeturas de los funcionarios que trabajan sobre el tema: quizás también cambió los pasos que tenían en mente para la próxima semana.

En esos planes figuraban continuar con los anuncios de medidas que beneficien a distintos sectores agropecuarios. Así como la semana pasada se había resuelto liberar para la exportación un millón de toneladas de trigo y el viernes hubo noticias para el sector arrocero, el martes iba a ser el turno del sector lácteo y el miércoles, para el aceitero. Quizás cambie algo y los hagan igual o quizás persistan en los anuncios aunque no cambie nada. Pero en caso de ser así, seguro que no tendrá el impacto que se esperaba.

El corolario de esa serie de anuncios iba a ser el llamado al diálogo a las entidades agropecuarias para discutir políticas de fondo y de largo plazo, una convocatoria que se postergó durante toda la semana pasada. Más de un funcionario creía que después de la movida del Gobierno del lunes pasado, cuando la Presidenta anunció que el destino del excedente del 35 por ciento de las retenciones móviles a los granos iba a ser destinado a obras de infraestructura social, los dirigentes rurales habían quedado contra las cuerdas. Y que era el momento de llamarlos a dialogar inmediatamente. Para esos funcionarios, el paso del tiempo sin que se produjera esa citación permitió fortalecer a los ruralistas y hacer que se incrementara la protesta de los transportistas.

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Aníbal y Alberto Fernández fueron a la Casa Rosada después de reunirse con la Presidenta en Olivos.
Imagen: DyN
 

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