ECONOMíA › ESTUDIO DE LA UBA SOBRE LOS COSTOS DE CUMPLIR
Pesares por pagarle al FMI
Si los organismos internacionales de crédito hubieran refinanciado todos los vencimientos producidos en 2002, el dólar cotizaría en torno a los 2,80 pesos y en la Argentina habría dos millones menos de pobres, afirmó un estudio de la Universidad de Buenos Aires. De acuerdo al informe, “la presión de los organismos mundiales de crédito por cobrar sus acreencias genera un círculo vicioso que, al reducir el monto de las reservas, hace subir la inflación y arroja a la miseria a estratos crecientes de la sociedad”.
La investigación, realizada por el Centro de Estudios de la Situación y Perspectivas de la Argentina (Cespa), parte de analizar el impacto de la caída de las reservas internacionales del Banco Central sobre el tipo de cambio, la tasa de inflación y la suba de la denominada línea de pobreza.
De acuerdo con el Cespa, si este año el Fondo Monetario Internacional hubiese refinanciado los cerca de 3100 millones de dólares de vencimientos pagados puntualmente por el Gobierno, las reservas de divisas del Banco Central se ubicarían ahora en torno a los 12.500 millones de dólares y, en consecuencia, el tipo de cambio sería de aproximadamente 2,80 pesos por dólar. Según la investigación, a pesar de la declaración de défault, el gobierno argentino pagó con reservas entre febrero y setiembre de este año un total de 3161 millones de dólares, a los cuales se suman 1073 millones de enero que no quedaron claramente contabilizados.
De ese total, 1280 millones de dólares correspondieron a intereses y 2954 millones a capital. Esto significa que a pesar del défault, Argentina ya pagó el 40 por ciento del total de vencimientos de capital para este año, vencimientos que totalizan 7554 millones, ya que el resto fue refinanciado.
El Cespa destacó que, con un tipo de cambio de 2,80, la tasa de inflación acumulada hasta octubre sería equivalente a la registrada hasta abril. Y el aumento de la inflación, destaca el informe, se vincula directamente con el corrimiento de las “líneas de pobreza e indigencia”. Esto es, con salarios congelados, el aumento de los precios supone una mayor cantidad de pobres e indigentes. “El alza de los precios entre abril y agosto de este año llevó la Canasta Básica Alimentaria (CBA) de 81,76 pesos a 100,94 mientras que el valor de la Canasta Básica Total (CBT) subió de 193,77 a 227,10 pesos por adulto equivalente”, indicó el Cespa.
“La caída de las reservas explica, en última instancia, el alza del tipo de cambio nominal y la inflación”, principal promotor del aumento de la pobreza, agrega. Según el Cespa, el aumento de precios “arrastró a 2 millones de personas a la condición de pobreza de los cuales 1,8 millón son nuevos indigentes”.