ECONOMíA › BARACK OBAMA ASEGURó QUE EL SECTOR AUTOMOTOR ES LA ESPINA DORSAL DE LA INDUSTRIA

“No podemos dejarlos caer”

El presidente electo de Estados Unidos criticó ayer los errores de gestión y los altos sueldos de los directivos de la industria automotriz, pero reiteró que hay que salvar a General Motors, Ford y Chrysler. Evalúan otorgarles 15.000 millones de dólares.

El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, criticó ayer los errores de gestión y los altos sueldos de los directivos de la industria automotriz, pero reiteró que hay que salvar a General Motors, Ford y Chrysler porque ese sector es la “espina dorsal” de la industria. “No podemos dejarlos caer”, dijo, en una entrevista con la cadena NBC. Las declaraciones de Obama se producen mientras el Congreso negocia con la Casa Blanca otorgar a las “Tres Grandes” de Detroit, tal como se conoce a esas firmas, un paquete de ayuda de 15.000 millones de dólares para que se mantengan a flote, siempre y cuando cumplan con una serie de requisitos destinados a su reconversión.

En la entrevista, Obama aseguró que las automotrices han cometido en el pasado “errores estratégicos de manera repetitiva y no han manejado la industria como debían”. “Yo he sido un crítico muy duro, porque (estas empresas) no han sabido adaptarse a los nuevos mercados, y construir coches más pequeños y eficientes”, remarcó. No obstante, el presidente electo reconoció que la industria automotriz es “la espina dorsal del sector manufacturero de este país, es un empleador gigantesco, millones de personas dependen de ella, directa o indirectamente”.

Por tanto, “no podemos dejar que se hunda”, pero aclaró que, a cambio, las empresas tendrán que hacer grandes sacrificios. “Debe haber ajustes a todos los niveles, desde la dirección, los acreedores, los accionistas. Todos tienen que entender que el modelo de negocio que poseen no es sostenible”, dijo. “Y si quieren que los contribuyentes vayan a su rescate –advirtió– no pueden dejar de lado los cambios que tenían que haber hecho hace 20 o 30 años, y reconocer que en el futuro, la industria no será tan grande como ha sido en las últimas décadas”.

“Si los directivos actualmente en funciones no entienden la urgencia de la situación y no quieren hacer elecciones difíciles y adaptarse a las nuevas circunstancias, entonces deberían irse”, agregó Obama, respondiendo así a la consulta de una periodista que le preguntó si estaba de acuerdo con el comentario del senador demócrata Chris Dodd, quien más temprano había dicho que las tres empresas tendrían que cesar a sus principales directivos, a cambio de recibir ayuda.

El presidente electo se quejó también de que, pese al deterioro del sector y al despido de miles de personas en los últimos años, los ejecutivos de las compañías han seguido cobrando sueldos que estaban “fuera de lugar”. Según dijo, una de sus metas cuando acceda al gobierno será introducir una nueva “ética de los negocios”, para evitar este tipo de situaciones. “Si eres un directivo que cobras al año varios millones de dólares, y a la vez estás despidiendo gente, entonces debes renunciar a parte de tus remuneraciones”, sostuvo a modo de ejemplo.

Mientras tanto, en el Congreso evalúan entregarle a las empresas unos 15 mil millones de dólares, siempre y cuando cumplan con sus planes de reestructuración prometidos. Es menos de la mitad de los 34.000 millones que exigían Ford, Chrysler y General Motors. El borrador del plan, según informa The Washington Post, contempla la creación de la figura de un supervisor, un “zar de la industria automotriz”, que, desde el gobierno, se encargue de monitorear que las empresas estén cumpliendo con los requisitos establecidos para recibir el dinero. Entre los puntos que discuten ahora la Casa Blanca y el Congreso es quién nombra a este supervisor todopoderoso, que posiblemente dependerá del Departamento de Comercio.

La Casa Blanca quiere que sea nombrado inmediatamente por George W. Bush, en tanto que la mayoría demócrata del Congreso quiere que sea el presidente electo, Barack Obama, el que lo designe una vez que tome posesión del cargo, el próximo 20 de enero. “Hay que encontrar la manera de ejercer presión (sobre los fabricantes) del mismo modo que lo haría un administrador judicial tras un pedido de declaración de quiebra, pero dejando que las fábricas funcionen”, dijo Obama cuando le preguntaron sobre el tema. Los especialistas esperan una rápida definición porque las automotrices declararon que no están en condiciones de poner en funcionamiento las fábricas el año próximo si no reciben ayuda oficial.

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La sede de General Motors en Michigan se encuentra prácticamente paralizada.
Imagen: AFP
 
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