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Los dos gremios que nuclean a los trabajadores de Siderar y representantes de la empresa arribaron ayer a un acuerdo en el conflicto desatado a partir del despido de casi 2200 empleados en diciembre. El acuerdo resguarda la preservación de los puestos de trabajo, a cambio de un programa de suspensiones que se extiende hasta noviembre. Carlos Tomada, ministro de Trabajo, destacó que, a su criterio, el conflicto “se resolvió de manera muy razonable para los intereses de las partes”.

El acuerdo debió contemplar la situación de los trabajadores encuadrados en dos gremios con situaciones convencionales diferentes: los metalúrgicos y trabajadores de la construcción. Como el eje del conflicto fue la paralización de las obras de “refining” y actualización tecnológica del Alto Horno número 1 de la Planta General Savio (ex Somisa), que la empresa justificó en la caída en el nivel de actividad y en la demanda de mercado, la mayor parte del plantel afectado era del gremio de la construcción, abocado a las obras. También quedaron involucradas otras dos firmas, además de Siderar, en calidad de contratistas de obra: Techint y Tecnomatter. Todas pertenecen al mismo grupo, controlado por la familia Rocca.

En la audiencia de ayer Siderar, tras fundamentar el impacto de la crisis internacional sobre su actividad, condicionó la continuidad de la obra “sobre la base de una reducción del ritmo de avance, siempre que permita afrontar los desembolsos financieros que impone la misma”. Y expuso que la situación se modificaría, en favor de una aceleración de los trabajos o en sentido contrario, si la empresa se viera favorecida por “el ingreso de fondos resultante de la conclusión del proceso de nacionalización de la empresa Sidor (Venezuela)”, o bien “un agravamiento de la crisis actual” le hiciese sufrir una desmejora en su situación financiera. En cualquiera de ambos casos, convocaría a las contratistas (Techint y Tecnomatter) y a los gremios (Uocra y UOM) para que “analicen y evalúen las alternativas para afrontar estos escenarios”. En base a dichas condiciones, la contratista Techint (que, en los hechos, es lo mismo que Siderar) manifestó que “habrá de encarar la ejecución de la obra”.

Por su parte, los gremios aceptaron la aplicación de un cronograma rotativo de suspensiones, “en virtud del cual el personal prestará servicios durante dos semanas y será suspendido en las siguientes dos semanas, y así sucesivamente”. Los trabajadores que sean suspendidos por ese mecanismo recibirán “una prestación económica no remunerativa” equivalente a una suma fija por categoría. En la más baja, ayudante, por cada dos semanas de suspensión cobrarán 430 pesos.