ECONOMíA › EL BANCO CENTRAL SALIO A ADVERTIR POR EL INMINENTE FALLO DE LA CORTE
“El riesgo es gatillar la hiperinflación”
Esa frase temeraria fue realizada por el presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli, ante senadores evaluando el escenario en el cual la corte redolariza los depósitos con entrega inmediata de los billetes. La opción, bonos.
Aldo Pignanelli advirtió ayer que si la Corte Suprema redolariza los depósitos podría desencadenar un proceso hiperinflacionario, a menos que permita restituir los fondos en un período razonable. Respecto de ese plazo, el titular del Banco Central se limitó a decir que “el del Plan Bonex funcionó bien, aunque ahora podría realizarse en un lapso menor”. Los Bonex fueron títulos públicos a diez años que se entregaron a los ahorristas de manera compulsiva. Pignanelli asumió que la solución al probable fallo de la Corte debería tener características similares. Otra definición polémica –que vuelve a enfrentarlo a Roberto Lavagna– fue que si fuera por él pagaría los vencimientos con los organismos con reservas.
“Cuando hablo de un plazo, hablo de un bono”, aseveró sin eufemismos Pignanelli en el Senado, donde presentó el plan monetario 2003. Posteriormente, durante una conferencia de prensa en la sede del BCRA, se explayó: “Vemos con preocupación” lo que pueda hacer el máximo tribunal. “No el hecho de que se redolaricen los ahorros, pero sí los tiempos de la devolución. Si se ordena una restitución inmediata en la moneda de origen, es la hiperinflación. Nos obligaría a emitir unos 80 mil millones de pesos en un solo día. Y si no se emite, los bancos quiebran y la gente no cobra.” En el corralón quedan 16.000 millones de pesos, a los que deberían sumarse otros 640 millones por la acumulación del CER.
La postura del presidente del Central coincide con la de los bancos, que vienen reclamando la entrega de un bono compulsivo en caso de que la Corte falle en contra de la pesificación. El plan es que mientras las entidades financieras se harían cargo del equivalente a 1,40 peso más el CER por cada dólar depositado, el Estado asumiría el costo que falte para llegar al valor del dólar libre. A valores de hoy, los bancos pondrían 2 pesos por dólar y el Estado 1,55.
Tras su paso por la Cámara alta para presentar las proyecciones 2003, Pignanelli convocó a una conferencia para anunciar que las reservas del Central habían superado los 10.000 millones de dólares por primera vez desde mediados de mayo. Se sitúan exactamente en 10.031,45 millones, después de que el BC embolsara ayer 38 millones en el mercado cambiario. Con este nivel de reservas y un circulante más cuentas a la vista de 34.000 millones entre pesos y cuasimonedas, el tipo de cambio “teórico” debería establecerse en 3,40 pesos por dólar. En el programa monetario, el BC proyectó un dólar de 3,35 pesos para fines de 2003. Pignanelli también aseguró que las estimaciones se hicieron en base a que no se romperán las relaciones con el Fondo.
El presidente del BC pronosticó que la estabilidad del tipo de cambio continuará en los próximos meses ya que se mantendrá el ritmo de liquidaciones de divisas por parte de los exportadores. En promedio, el BC compra en el mercado entre 1100 y 1200 millones de dólares mensuales y vende entre 600 y 700 millones. Este mes, por caso, quedará con una ganancia de alrededor de 500 millones, resultado que el Central aguarda repetir en los meses que vienen. El jefe del Central desestimó una caída de las liquidaciones durante el verano. “Todo lo contrario, esperamos un pico de 1300 millones para enero, por parte de los cerealeros, y existen otros 2000 millones de dólares sin liquidar” por retrasos de los vendedores, explicó.
Durante la conferencia, Pignanelli se cuidó de no chocar con Lavagna, su principal rival en el Gobierno. Pero no quiso desaprovechar la posibilidad de mostrar datos positivos de la economía, como el salto de las reservas, y recuperar espacio político. Las últimas pulseadas contra Lavagna las ganó el ministro, como la decisión de no pagar el vencimiento con el Banco Mundial. Prudente, ante una consulta de Página/12, Pignanelli dejó en claro que la determinación de pagar o no el próximo vencimiento importante con el FMI, en enero, la tomará exclusivamente el Poder Ejecutivo y que el Central “se amoldará”. No obstante, fijó su firme posición a favor del pago con reservas. En el programa monetario 2003, los técnicos del Central proyectaron además una inflación minorista del 21,3 por ciento para el año que viene y una expansión del Producto del 2,6 por ciento, que estaría motorizado en el crecimiento de las exportaciones y no así en el consumo interno.