Santa Fe y Mar del Plata son las ciudades con mayor desocupación del país, con 13 y 11,6 por ciento respectivamente, según informó ayer el Indec. Sin embargo, Córdoba registró la mayor suba interanual, al pasar de 5,7 a 10,8 por ciento. El ranking de los subocupados –aquellos que trabajan menos de 35 horas semanales y desean trabajar más– es liderado por Jujuy-Palpalá, donde el índice subió de 10,6 a 14,6 por ciento en apenas un año, aunque Mar del Plata y Santa Fe también muestran indicadores preocupantes en este rubro, al estar en 13,8 y 13,3 por ciento, respectivamente. Los datos pertenecen al informe desagregado por región de la Encuesta Permanente de Hogares correspondiente al tercer trimestre.

En este período, la crisis económica se hizo sentir en el mercado laboral. La desocupación subió a 9,1 por ciento en promedio, 1,3 punto porcentual más que en el mismo período de 2008 y la subocupación trepó a 10,6 por ciento. Eso significa que la cantidad de personas con problemas de empleo llega a 2,2 millones.

Al analizar la situación desagregada, el primer dato llamativo que surge es que en el informe del Indec se hace referencia a 31 aglomerados urbanos relevados, pero en los cuadros figuran 32. Eso es porque antes la región Gran Buenos Aires era considerada como un solo aglomerado y ahora se dividió en Ciudad de Buenos Aires y partidos del Gran Buenos Aires. La distinción puede estar justificada, aunque lo insólito es que se siga diciendo que el relevamiento incluye 31 aglomerados. Más allá de este dato anecdótico, lo cierto es que desempleo subió en 21 de las 32 ciudades, mientras que bajó en 9 y se mantuvo sin cambios en 2. Otro indicador que da cuenta del empeoramiento es el de las ciudades con desocupación en dos dígitos. En el tercer trimestre de 2008 solo Santa Fe estaba en ese grupo y ahora son seis: Partidos del Gran Buenos Aires (10,6), Gran Tucumán-Tafí Viejo (10,0), Córdoba (10,8), Gran Rosario (10,3), Gran Santa Fe (13,0) y Mar del Plata-Batán (11,6 por ciento).

Los 32 conglomerados están agrupados en seis grandes regiones y cinco muestran incrementos del desempleo. En Gran Buenos Aires, la desocupación trepó de 8,5 a 9,8 por ciento en un año, en Cuyo pasó de 4,2 a 6,4 por ciento, en el Noroeste de 7,3 a 7,9 por ciento, en la zona pampeana de 7,9 a 9,6 y en la Patagonia de 6,2 a 6,7 por ciento. La única excepción fue la región noreste, donde el desempleo bajó de 4,6 a 4 puntos. Este último dato llama la atención porque está indicando que, en medio de la crisis que enfrentó la economía, la desocupación no sólo no subió sino que bajó en Corrientes (6 a 4,8 por ciento), Gran Resistencia (3,7 a 2,9) y Posadas (5,1 a 4,3 por ciento), habiendo subido sólo en Formosa (2,7 a 3,7 por ciento).

Si bien el Gran Buenos Aires es la región del país con mayor desocupación (9,8), la zona pampeana es la que tuvo uno de los peores desempeños, con una suba interanual de 1,7 punto que hizo subir el índice hasta 9,6 por ciento, cifra que también es superior al promedio nacional. Eso se debe a la delicada situación que atraviesan dos distritos claves como Santa Fe y Córdoba. De hecho, en esta última ciudad el desempleo trepó 5,1 puntos en un año. La pésima cosecha de trigo y la fuerte caída en la producción de soja del último año, provocada por la sequía, impactaron en la rentabilidad del campo y sin duda se hizo sentir en esos grandes núcleos urbanos. Además, la producción industrial de ambas zonas sufrió el impacto de la crisis económica internacional.

Otra zona que tuvo problemas es Cuyo, aunque con cifras de desempleo promedio mucho más bajas. Allí se registró una suba interanual de 2,2 puntos, debido al aumento de la desocupación en Gran Mendoza (3,7 a 6,4 por ciento), Gran San Juan (6,9 a 8,1) y San Luis-El Chorrillo (1 a 2,7 por ciento). En Patagonia, por su parte, si bien el desempleo aumentó en términos interanuales (de 6,2 a 6,7 por ciento), mejoró bastante en relación con el trimestre anterior, al registrar una baja de 1,4 puntos porcentuales. De hecho, en Ushuaia el desempleo se había disparado a 11,9 por ciento en el segundo trimestre y ahora bajó a 9,3 por ciento.