La construcción registró un avance interanual de 4,8 por ciento en febrero, según informó ayer el Indec. La suba fue de 0,5 por ciento contra enero, mientras que en el bimestre se acumula un alza de 3,7 puntos contra igual lapso del año pasado. El repunte evidencia un proceso de recomposición de la actividad privada. Sin embargo, también obedece a otros dos hechos: la comparación es con un año de crisis y el crecimiento en las ventas de insumos contiene una actitud defensiva frente a la inflación. El modelo de negocio desarrollado desde 2002 se apoyó en la construcción de viviendas para la clase media-alta, un segmento de mercado con límites de demanda, por lo que se requiere una mejora en las condiciones de financiamiento para que la clase media pueda incrementar la compra de viviendas. Esto también resalta la necesidad de incentivos para desviar la actividad para cubrir las necesidades habitacionales.

La presencia del Estado como demandante constituye un pilar fundamental de la actividad. Esto se profundizó en 2009, cuando la inversión pública en infraestructura fue el sostén del sector, logrando que la caída no fuera tan profunda. En términos de empleo, los puestos registrados cayeron 7,4 en el cuarto trimestre de forma interanual.

Para este año, la expectativa es que la obra privada repunte a partir de la estabilidad del dólar y una menor incertidumbre por la mejor coyuntura económica. En el sector esperan crecer un 5 por ciento. Sin embargo, indican que la obra privada depende en buena medida de que el financiamiento hipotecario se pueda reavivar para que los sectores medios puedan acceder a la compra inmobiliaria.

Esta necesidad surge del tipo de crecimiento que experimentó el sector desde la salida de la convertibilidad. Los excedentes generados en otras actividades, como el agro, fueron desviados hacia la construcción de viviendas para el sector medio-alto, que tienen capacidad de compra a pesar del actual esquema crediticio. Sin embargo, esta dinámica comienza a agotarse por saturación del segmento y por ello la rentabilidad ha bajado, lo que puede visualizarse en la evolución de los permisos de construcción. En febrero, este índice cayó 3 por ciento interanual.

Esta limitación, indican los analistas, podría superarse si se modifica la composición de la oferta habitacional, dirigiendo la inversión hacia construcciones para la clase media. Pero para lograrlo, el acceso al crédito barato es indispensable. En la actualidad, la relación cuota/salario es muy alta para la gran mayoría de los trabajadores.

El índice que confecciona el Indec se construye a partir de la medición de las ventas de los cinco insumos principales. Pero en un escenario inflacionario, los despachos también se utilizan como compra anticipada para “cubrirse” del alza de precios. Los analistas advierten que la evolución del cemento Portland –que no es “stockeable”– puede dar una mejor impresión de la evolución. En febrero las ventas de este insumo crecieron 1,1 interanual. En cambio, el hierro redondo subió 18,8, pisos y revestimientos cerámicos 10,4. En tanto, las ventas de ladrillos huecos crecieron 1,3 y pinturas 0,8. El dato negativo provino de asfalto (-9,7).