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Todavía un 10 por ciento por debajo del nivel de actividad del año pasado, el producto bruto en el tercer trimestre prácticamente equiparó el volumen alcanzado en el pálido segundo trimestre de este año, con una mejora de apenas dos décimas de punto (0,2 por ciento). Las estimaciones estadísticas del Indec revelan que hasta septiembre el inicio de la reactivación aún estaba lejos de hacer su aparición en el escenario.
Aunque el punto de comparación –tercer trimestre del 2001– no resultó un período precisamente floreciente, lo que sucedió después representó una caída de unos cuantos escalones de los cuales la economía argentina sigue sin haber podido recuperarse. Las cifras apenas revelan que se frenó el impulso de la caída. Los indicadores sectoriales vuelven a colocar a la construcción en el plano más bajo de actividad, con una caída adicional del 36,4 por ciento con respecto a los ya bajos niveles del tercer cuarto del año anterior. La industria manufacturera, en tanto, se contrajo entre los mismos períodos en un 7,2 por ciento y la producción de servicios registró un descenso interanual del 8,1 por ciento.
La oferta global de bienes y servicios, es decir, todo aquello que la economía doméstica tiene disponible para consumir, descendió un 14,1 por ciento en el tercer trimestre de este año. Y es que por sobre la caída del PIB, la disposición de bienes y servicios se vio afectada en mayor proporción por una disminución del 50 por ciento en las importaciones.
Otras cifras preocupantes, y particularmente en proyección al futuro inmediato, son las de evolución de las inversiones. La caída interanual de la inversión interna bruta fija con respecto a un año atrás resultó del 37,5 por ciento, lo que comprometería la capacidad de producción futura, ya que no se está renovando buena parte del parque que sale de servicio por desgaste, obsolescencia o rotura. La disminución del consumo privado alcanzó al 13,1 por ciento en la misma comparación.
En cuanto al nivel general de precios de la actividad económica, medido por el Indice de Precios Implícitos en el Valor Agregado, el Indec informó que en el tercer trimestre de este año se registró un aumento del 36,8 por ciento en relación con igual trimestre del año anterior. Los sectores productores de bienes registran una variación de precios del 93,8 por ciento, mientras que para los sectores productores de servicios fue del 10,2 por ciento. La diferencia entre unos y otros muestra la incidencia de la devaluación en los precios relativos de la economía, ya que mientras los primeros (bienes) son transables, los segundos (servicios) no participan en general del intercambio comercial con el exterior. De todos modos, la evolución de los precios internos de los bienes transables no alcanzó ni siquiera a la mitad del aumento en el tipo de cambio (alrededor del 250 por ciento).