El titular de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, se volvió a manifestar ayer a favor de un dólar más alto. “Yo no siento culpa, ni voy a ponerme colorado diciendo que hay un tipo de cambio retrasado”, aseguró. Luego intentó disimular su reclamo devaluatorio diciendo que no necesariamente habría que subir el dólar porque otra manera de corregir el retraso “es eliminar las retenciones de los pequeños y medianos productores”. Sin embargo, a comienzos de la semana pasada había remarcado expresamente que “hay que pensar en un dólar de 4 pesos para arriba”, a raíz de lo cual fue criticado por otras organizaciones rurales como Carbap y por dirigentes de su propia entidad. Ayer el encargado de salirle al cruce fue el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli. “Tenemos un tipo de cambio competitivo, vamos hacia una gran cosecha y sectores pujantes de nuestra industria, como la automotriz, tienen cada vez más posibilidades de exportar. La gente no quiere que siempre sea un volver a empezar. No seamos masoquistas, cuando las cosas están bien encaminadas hay que perseverar en ese camino”, resaltó.

A diferencia de otros de sus colegas de la patronal agraria, Buzzi busca mantener un perfil progresista a tono con sus aspiraciones políticas al mismo tiempo que defiende los intereses de los grandes sojeros. Eso lo lleva, por ejemplo, a alentar la devaluación al mismo tiempo que dice preocuparse por los pobres. Desde Carbap la semana pasada incluso llegaron a burlarse de Buzzi, sin nombrarlo, por ese difícil equilibrio que intenta y le recordaron a través de un comunicado que “no es progre ir en desmedro del salario real”. Incluso dentro de la Federación Agraria algunos dirigentes tomaron distancia de Buzzi, pero como viene siendo costumbre en los últimos años sólo lo critican en privado y con tanta cautela que terminan convirtiéndose en una opción intrascendente.

Ayer a Buzzi le marcaron esa contradicción que supone reivindicar en su discurso a los pobres y al mismo tiempo pedir una devaluación y se limitó a responder que “no queremos más pobres pero tampoco queremos a los pools de siembra como únicos actores de la agricultura. ¿Qué tenemos que hacer?, ¿quedarnos callados o plantear que hace falta volver a un esquema competitivo donde las pymes seamos viables?”. Luego arremetió con sus críticas hacia el oficialismo al decir que “lo que está haciendo es recurrir a la receta antiinflacionaria que es mantener retraso salarial, y retraso del tipo de cambio”. Y remarcó que sus críticas no lo transforman en “gorila, golpista, destituyente y devaluacionista”.

En el Gobierno retrucan que el tipo de cambio continúa siendo competitivo y que lo único que busca Buzzi es ampliar las ganancias del sector sojero. Para justificar esto afirman que en el último año y medio, entre septiembre de 2008 y la actualidad, el dólar subió 28 por ciento (de 3,04 a 3,89 pesos). “Yo lo que veo es una gran responsabilidad por parte del Gobierno de ofrecer a los sectores productivos y al campo un tipo de cambio competitivo, precios de los combustibles razonables, mercados internacionales que cada vez se nos abren más posibilidades”, sostuvo ayer Scioli en sintonía con el discurso del gobierno nacional.

Buzzi, por su parte, volvió a pedir una audiencia con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, aunque no de la mejor manera. “Alguna vez sería bueno que reciba al sector agropecuario por más que no le guste el mal aliento que podamos tener.”