ECONOMíA › EL BC FLEXIBILIZO EL CONTROL DE CAMBIOS Y DE MOVIMIENTO DE CAPITALES

Las reservas dejaron de ser una obsesión

En otro gesto hacia el FMI, el dúo Lavagna-Prat Gay dispuso una serie de medidas para facilitar el giro de dólares al exterior así como también la posibilidad de comprar más divisas por parte de los grandes operadores.

 Por Alfredo Zaiat

El Banco Central flexibilizó ayer una serie de restricciones al giro de dólares al exterior, a la vez que amplió el cupo para la compra mensual de divisas por parte de los grandes operadores. Esa medida fue informada al culminar el primer día en el cual la entidad monetaria abandonó su política de intervención en la fijación del precio del billete. Así, Roberto Lavagna, ahora en sintonía con el presidente del BC, Alfonso Prat Gay, sigue mostrando que su política tiene muchos más gestos que contenido. La supuesta “rebeldía” del ministro con el Fondo Monetario lentamente se va desdibujando al enviar una tras otra señales en línea con los históricos reclamos del organismo. El oportuno control de cambio y de capitales que frenó la corrida contra el peso en la primera mitad del año ha empezado a ser desarmado por el titular de Hacienda. De ese modo, queda en evidencia que la opción malaya light fue una necesidad más que una convicción, lo que facilitará la comprensión para ciertos progresistas confundidos con el “fenómeno Lavagna”.
En el mercado minorista de cambios y en la primera jornada con la operatoria unificada, el dólar bajó seis centavos y cotizó a 3,38 pesos para la compra y 3,43 el tipo vendedor. De todas formas, el Central siguió operando en la plaza mayorista, abasteciendo los pedidos de los bancos e importadores y por la otra ventanilla recibiendo los dólares que liquidan los exportadores. Ayer los exportadores arrimaron 76,8 millones de dólares y alcanzaron para cubrir los 8,6 millones que exigió la demanda mayorista. El resultado fue una ganancia de 68,2 millones de dólares para las reservas del BC.
Se conoce la debilidad que manifiesta Lavagna por los exportadores, sector que goza de un nivel de retenciones fijado cuando el dólar estaba por debajo de los 3 pesos y, además, de reembolsos pese a sus ingresos extraordinarios. El flamante presidente del Central acompañado por su vice, Pedro Lacoste, expresan también deseos de ese sector privilegiado por la hiperdevaluación. El reclamo de la flexibilización para la compra de divisas como para la liquidación por ventas externas de bienes de capital ha sido una constante en los últimos meses. Y uno de los empresarios-economista que insistió en ese sentido fue Javier González Fraga, mentor de la actual dupla de conducción del BC.
Empezar a liberar el mercado de cambio y de capitales cuando todavía no se definió la reestructuración de la deuda, así como también en un año electoral, resulta una apuesta audaz. Como se sabe, la especulación con el dólar ha sido en las últimas décadas un “conveniente” disciplinador de políticos por parte de los grupos económicos. Así, las siguientes medidas sólo provocarán una fisura en un mecanismo que había resultado adecuado para enfrentar la peor crisis económica de la historia argentina.
1 Se flexibilizan los plazos de pago de importaciones y exportaciones de bienes de capital. En el caso de las importaciones, se autoriza el pago anticipado del 100 por ciento de las compras de bienes de capital, repuestos y partes y piezas. En el caso de las exportaciones, se extienden los plazos de liquidación de divisas para las ventas externas de bienes de capital y plantas “llave en mano”.
2 Se flexibilizan las restricciones al pago de servicio de deudas privadas contraídas con acreedores externos. En este sentido, se liberan los pagos de intereses financieros y se autorizan automáticamente algunos pagos de capital hasta ahora sujetos a autorización previa de este Banco Central.
3 Se amplía el acceso al mercado de cambios por parte de personas físicas y jurídicas, aumentando los montos autorizados de compras mensuales de divisas de los actuales 100.000 a 150.000 dólares, como también la tenencia de divisas por parte de las entidades financieras.
La mayor demanda de dólares resultante de esas iniciativas aspira a poner un piso al valor del billete. Y a restringir las compras por parte del Banco Central, cuya obsesión pasó a ser la emisión de pesos y su eventual efecto inflacionario en lugar de acumular reservas. Según los últimos datos proporcionados por la autoridad monetaria, el total de reservas alcanza los 10.368 millones de dólares. Cuando se paguen los atrasos con los organismos, se retomen los giros a los acreedores privados, se incremente los pagos de las empresas de sus deudas externas y se reduzca el superávit comercial por el aumento de importaciones, Lavagna ya no estará en Economía y el problema de esta flexibilización que implicará pérdida de reservas será del próximo ministro.

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El dólar libre cerró a 3,43 pesos por unidad.
 
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