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Eduardo Duhalde reunió ayer en Olivos a los gobernadores del PJ. Como cada vez que tuvo que tomar una decisión fundamental, el Presidente juntó a los mandatarios provinciales para analizar la interna y legitimar cualquier medida que afecte la pelea con el menemismo. Anoche, mientras compartían un asado de fin de año, el jefe de Estado y sus invitados estudiaban la posibilidad de convocar a otro congreso del PJ –el máximo órgano partidario– para que postergue la interna del 23 de febrero y aplique la propuesta de elecciones directas con lemas que no se suman, que propuso el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero. En la reunión también se sondearon opiniones ante una eventual fórmula integrada por Felipe Solá y Ramón Puerta, una alternativa impulsada por el propio Duhalde.
Como hace cinco días, cuando agrupó en torno suyo a todo el PJ bonaerense, Duhalde eligió el quincho de Olivos –que se utiliza como sala de conferencias cuando los invitados son muchos– para reunir a varios gobernadores de su partido. Pasadas las nueve de la noche, habían llegado Julio Miranda (Tucumán), Gildo Insfrán (Formosa), Carlos Rovira (Misiones), Eduardo Fellner (Jujuy) y Néstor Kirchner (Santa Cruz), más el vicegobernador de Tierra del Fuego (Daniel Gallo) y el veterano ex gobernador de Santiago del Estero, Carlos Juárez. Se esperaba la llegada del bonaerense Felipe Solá, un obvio aliado del anfitrión, mientras que el santafesino Carlos Reutemann había anticipado su ausencia por teléfono.
Como se esperaba, las tres provincias alineadas con Menem (La Rioja, Salta y La Pampa) no respondieron a la convocatoria, como tampoco lo hizo la representante de San Luis, Alicia Lemme. De los distritos más grandes sólo se esperaba la llegada de Solá, porque tanto Reutemann, que arguyó una “rotura de una válvula del sistema de aire acondicionado” del avión para explicar su faltazo, como José Manuel de la Sota habían avisado que no serían de la partida. Finalmente, la reunión comenzó con los que pudieron –o quisieron– estar. Duhalde los recibió acompañado del ministro del Interior, Jorge Matzkin, y el secretario privado y encargado de la Unidad “Presidencia”, Juan Carlos “Chueco” Mazzón.
En principio, el Presidente consultó a los gobernadores acerca de la posibilidad de recurrir a la Justicia para pedir la anulación de la convocatoria para elecciones internas. Ese llamado, que fue realizado por el Consejo Nacional del PJ, no incluye el recambio de autoridades partidarias, como lo había resuelto el último congreso del partido que sesionó en el estadio Obras Sanitarias. Eso obligaría, según el duhaldismo, a considerar nula la convocatoria que firmaron Manuel Baladrón, Rubén Marín y otros allegados a Menem. Ayer, el diputado duhaldista José María Díaz Bancalari adelantó que el tema será tratado hoy en una reunión de la Junta Electoral, organismo que él integra.
“No vamos a actuar en contradicción con el congreso –aseguró ayer Díaz Bancalari en diálogo con Página/12–. No vamos a llevar adelante un proceso eleccionario contrario a lo que resolvió el órgano que nos eligió, que estableció que el 23 de febrero se elegirían cargos electivos y partidarios.” Pero además de pedir la nulidad de la convocatoria –una facultad que pueden practicar tanto la junta como cualquier congresal del PJ–, el duhaldismo no descarta que si se convoca a un nuevo congreso del partido, éste designe al binomio presidencial que competirá con Menem y con los candidatos de otras fuerzas. El propio Duhalde analiza seriamente esta posibilidad, y la justifica argumentando que, salvo la disputa Menem-Cafiero, el PJ siempre eligió a sus fórmulas en el congreso partidario.
La propuesta de impugnar las internas no logró un consenso total, como soñaba tal vez el propio Duhalde. Los senadores Jorge Busti y Ramón Puerta prefieren que se mantengan las internas del 23 de febrero. Una posición similar habría transmitido, a la distancia, Reutemann, que apela a la prudencia –tal vez para preservarse– cada vez que se discute la interna Menem-Duhalde. El duhaldismo reaccionó con reflejo ante las primeras resistencias y contraofertó con una fórmula diseñada en laboratorio: Solá-Puerta, que tendría el visto bueno de Duhalde, especialmente luego de que varios caciques del conurbano le transmitieran su antipatía por Kirchner.
Anoche, al cierre de esta edición, la discusión seguía en Olivos, donde Duhalde evaluaba las reacciones de los gobernadores. Descartada la propuesta de máxima –que otro congreso del PJ designe a la fórmula del sector enfrentado a Menem–, las opciones se resumían en dos alternativas: mantener la interna del 23 de febrero –que espanta al duhaldismo– o recurrir a la propuesta de Romero, una ley de lemas remozada que implica, para el PJ, el peligro de quedar fuera del ballottage.
El misionero Puerta, cuyo nombre había sido mencionado en el encuentro, se negó a aceptar la candidatura a vice. Se lo dijo personalmente a Duhalde, ayer a la mañana. Para el senador, la única forma de resolver el conflicto, es “hacer un comicio integral”. “Tenemos que elegir todos los cargos electivos y partidarios, porque el poder político integral se construye desde las urnas”, argumentó a Página/12. Según esa visión, se debería mantener la interna del 23 de febrero, pero para consolidarla, ese día habría que “revalidar” los cargos de todos los gobernadores e intendentes del país, lo que aseguraría un efecto arrastre para algún candidato.
Entretanto, entre los menemistas, la decisión es no retroceder ante la ofensiva de los bonaerenses. Ayer ratificaron el plenario del Consejo del PJ, que sesionará hoy en Matheu 130. En los últimos días, el pampeano Marín mandó una carta a todos los miembros del órgano para convocarlos a la reunión. Y hoy, según contó ayer a Página/12 un estrecho asesor de Marín, los menemistas que integran la mesa del consejo ratificarán la elección interna del 23 de febrero. Si eso se concreta, la tan anunciada fractura del peronismo se concretará antes de fin de año.