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Roberto Lavagna interrumpió ayer sus vacaciones en Cariló para salir a responder a los empresarios que cuestionaron al Gobierno por analizar un aumento de las retenciones. Esa medida fue anticipada por el Palacio de Hacienda en el marco de un plan para reducir los precios de los productos de la canasta básica de alimentos. Ante el solo aviso de que se convocaría a los productores a debatir el tema, éstos reaccionaron con indignación. Pero la presión no fue sólo de ellos. Insólitamente, el secretario de Agricultura, Haroldo Lebed, declaró que “no está en la agenda del Gobierno un aumento de las retenciones”. Lo dijo al término de un encuentro con las entidades ruralistas con representación nacional. Cuando escuchó esa declaración, Lavagna decidió no esperar más y salió a desmentirla. Además de ratificar el posible incremento de las retenciones, subrayó que el Gobierno quiere “evitar la clásica avivada criolla de intentar recuperar márgenes de rentabilidad en pocos meses”.
El titular de la cartera económica reconoció que el Plan Jefes y Jefas de Hogar resultó insuficiente para disminuir los índices de pobreza e indigencia. Por tanto, el Gobierno resolvió trabajar sobre los costos de los productos de la canasta de alimentos, para bajar los precios de venta al público. Para el duhaldismo, que en el Conurbano bonaerense el 64 por ciento de los habitantes sean pobres, con un pico de 74,4 por ciento en el segundo cordón, es un costo político demasiado alto. Una semana después que se conocieron esos indicadores se comenzó a trabajar en el nuevo plan.
La Jefatura de Gabinete y los ministerios de Economía, Producción, Trabajo y Relaciones Exteriores serán los encargados de actuar sobre el valor de la canasta de alimentos. El Gobierno recordó que entre las herramientas posibles puede aumentar las retenciones y también ofrecer incentivos impositivos, reduciendo la tasa del IVA a productores cárnicos, harinas y lácteos. Eso fue lo que adelantó anteayer el Palacio de Hacienda. Pero los empresarios involucrados arremetieron con dureza contra la suba de retenciones, que achica sus márgenes de rentabilidad por exportaciones.
Lavagna remarcó que no hay un problema de precios en alza, sino que la preocupación oficial tiene que ver con dos cuestiones: “una preventiva y otra correctiva”. La preventiva se relaciona con que “hay un ritmo de recuperación de la economía que ya ha comenzado. Este es el momento de cierto peligro en materia de precios, porque algunos sectores al sentir que la demanda tira para arriba y que el consumo sube aprovechan para descargar mayores aumentos”. El ministro ejemplificó con su propia experiencia de estos días, al mencionar que esa práctica “ocurre con mucha claridad en la costa argentina”. El segundo aspecto, el correctivo, se debe a que “hay un grupo de alimentos básicos que han aumentado mucho de precio, no en los últimos meses, sino en la primera parte del año”. El ministro sostuvo que “sobre esos precios hay que trabajar no sólo para que no suban sino para que bajen”.
Al momento de hablar sobre instrumentos que se pondrían en práctica para alcanzar aquellos objetivos, se refirió explícitamente a las retenciones. Otro ejemplo fue el de establecer sistemas de marcación de precios sugeridos por parte de los fabricantes, “para evitar que las cadenas de comercialización empiecen a aumentar sus márgenes”. El ministro se refirió a los países productores de petróleo, en los que rige un precio para el mercado interno y otro para el de exportación. Si no se puede conseguir ese comportamiento por parte de los empresarios locales vinculados a la producción de trigo, carnes, aceites y azúcar, por dar los ejemplos centrales, al menos se tiene que lograr un comportamiento racional de precios equilibrados. “Cuanto más espontáneamente y más consensuadamente pueda hacerse esto, mejor”, concluyó.
En otra dependencia del Gobierno, Lebed recibió ayer a dirigentes ruralistas preocupados por la suba de retenciones y les explicó que elEjecutivo no estaba pensando en esa medida. Pasado mañana habrá una reunión de todos los ministerios involucrados en la tarea, en otro capítulo de una pulseada que recién comienza.