Con la prolongación de la ola de frío que alcanza a los principales centros urbanos del país –que se extendería hasta los primeros días de la semana próxima– siguen vigentes las restricciones para el suministro de gas a las grandes industrias, que en algunos casos llega al corte total del abastecimiento diario. Sin embargo, no debería haber paralizaciones de plantas mientras exista provisión de combustibles alternativos, como fuel o gasoil. Ayer, los expendedores de GNC le respondieron a la declaración de la UIA que proponía extender la reducción del suministro a dicho combustible para que no fuera “solamente la industria” la que sufra el impacto. “Un planteo fuera de lugar”, respondieron los expendedores.

Las provincias más afectadas por los recortes a las grandes industrias siguen siendo Santa Fe y Entre Ríos. En menor medida, Mendoza. El ministro de Producción bonaerense, Martín Ferré, aseguró a su vez que la actividad en su provincia no se ha visto alterada ni está paralizada. “Venimos con un crecimiento muy importante de la actividad industrial, lo que tiene un impacto fuerte en el consumo de gas”, contextualizó el problema Ferré. “Cuando se dan tan bajas temperaturas hay que buscar un equilibrio entre la gente y la producción y así lo entienden los gobiernos nacional y provincial. No es algo alarmante, no se da en absoluto en todas las industrias de la provincia, pero sí en algunas que tienen una demanda mucho más fuerte”, explicó en una entrevista para Radio Provincia, de la ciudad de La Plata. “La situación no tiene la gravedad que se le quiere asignar, la producción no está paralizada”, agregó.

Sobre la propuesta de la UIA de esta semana, con respecto a extender al suministro de gas natural para las estaciones de GNC las restricciones para asegurar el consumo domiciliario, ayer se pronunció la Cámara de Expendedores de ese combustible. Enrique Fridman, su presidente, defendió el criterio oficial de que los surtidores son el penúltimo eslabón en la escala de prioridades para el suministro, inmediatamente a continuación del uso residencial. “La norma dice que se les interrumpe el servicio a las expendedoras sólo cuando se ve amenazado el consumo domiciliario; me parece fuera de lugar el planteo de la UIA”, señaló Fridman.

La postura de la UIA es que, así como se obliga a las industrias a reemplazar el gas por combustibles líquidos, debería pedirse en la emergencia un sacrificio a los automovilistas para que reemplacen el GNC por naftas o gasoil. “Se está cumpliendo perfectamente lo que establece la norma, está establecido el orden de prioridad y el GNC es la última actividad que se toca antes del domiciliario”, refutó Fridman. “Cuando se necesitó (el gas natural), el GNC lo aportó, pero en este momento me parece fuera de lugar la posición de la UIA”, completó.

Hasta el momento, el recorte afecta exclusivamente a grandes usuarios industriales de gas y a las centrales térmicas. A los primeros, hasta el fin de semana se le había restringido el suministro en un 60 por ciento, pero a partir del martes, en algunos casos, la interrupción fue total, cumpliendo con las condiciones de contrato: aviso previo a la empresa y el compromiso de restituirlo no bien se supere la demanda. Por esta renuncia de derechos, las firmas contratantes pagan el gas con un descuento de precio.

En otro orden, el gobierno bonaerense informó que profundizará los controles sobre la distribución de las garrafas de gas licuado, frente a las denuncias de que se estaría comercializando la denominada “garrafa social” a precios superiores a lo establecido por la Secretaría de Energía de la Nación. En los operativos realizados desde junio por el Ministerio de Producción, se detectó que casi el 80 por ciento de los comercios visitados estaban en infracción.