ECONOMíA › VENDIO SU PARTICIPACION EN QUILMES Y SE ASOCIO A CCU

Heineken cambió de equipo

La cervecera holandesa Heineken anunció la venta de su participación en Quilmes y la compra de un 50 por ciento de IRSA, controlante de Cervecerías Chilenas Unidas (CCU), a la cual transferirá la licencia para producir la marca en Brasil y Argentina. Con esta transferencia, anunciada ayer en Holanda, Quilmes-Brahma cumplirá con una de las exigencias impuestas por la Secretaría de Defensa de la Competencia para autorizar la fusión en la nueva megafirma.
En otras palabras, Heineken, que con su propia marca controla cerca del 4 por ciento del mercado argentino, se separará definitivamente de Quilmes, con lo que se cumple, para la cervecera fundada por la familia Bemberg, la imposición conocida el lunes de deshacerse de todas sus marcas secundarias, entre las que se encuentran además de Heineken, Bieckert, Palermo y Norte.
La transacción es parte de una reorganización de la firma en Sudamérica, cuyo núcleo principal lo constituía la venta del 15 por ciento de Quilmes Industrial SA, participación accionaria que había sido adquirida en conjunto por el grupo Bemberg y Ambev, la controlante brasileña de Brahma. La venta del 15 por ciento habría involucrado alrededor de 80 millones de dólares, pero Heineken anunció también la compra de un 50 por ciento del capital de IRSA, la compañía que controla a CCU. No se comunicó el monto de la transacción. CCU produce en el país las marcas Budweiser, Schneider y Salta, entre otras, y en conjunto absorbe el 12 por ciento del mercado local.
El negocio será definitivamente concluido cuando se haga efectiva la fusión entre Ambev y Quilmes que, según el comunicado difundido en Amsterdam, “pone fin a todos los contenciosos entre Quilmes y Heineken”. La importancia del paso dado ayer residiría en que lo reclamos hechos por Heineken ante tribunales europeos trababan la fusión argentino-brasileña.
Sin embargo, cabe recordar que la fusión había sido duramente cuestionadas no sólo por Heineken, sino también por la alemana Isenbeck. Pero lo cierto es que este viernes iba a conocerse el fallo del tribunal de la Cámara de Comercio Internacional de París motivado en la presentación realizada por la holandesa y que ahora quedará sin efecto.
La controversia provocada por el intención de Quilmes-Brahma de quedarse con el 82 por ciento del mercado argentino de cerveza fue frenada este lunes mediante la dura resolución de Defensa de la Competencia, según la cual la firma fusionada debe, además de desprenderse de la casi totalidad de sus marcas secundarias, prestar por siete años sus redes de distribución a un “nuevo competidor internacional” y vender dos plantas. La decisión de la Secretaría implica también “generar un nuevo competidor internacional capaz de reemplazar la función que cumplía Brahma –antes de su concentración con Quilmes– en su carácter de reguladora de precios del mercado interno”.
Estas condiciones, que deberán cumplirse en un plazo de 12 meses, implican que la firma fusionada deberá desprenderse –a manos del citado competidor extranjero– de la planta de Luján con la que Brahma pagó a Quilmes parte de la operación, lo que según fuentes del sector desvirtuaría el sentido de la asociación. Esta planta produce 2 millones de hectolitros anuales equivalente al 10 por ciento del consumo local.

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