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El próximo gobierno estará en condiciones de hacer una propuesta de reestructuración de la deuda a los acreedores internacionales en el último trimestre del año. Esa propuesta deberá incluir un menú de opciones, con quitas de capital, reducción de tasas de interés y alargamiento de plazos, según el caso. Tales son las ideas y proyecciones que comentó ayer Roberto Lavagna, en una conferencia de prensa en la que también señaló que el asesor financiero internacional contratado por el Gobierno, el banco de inversión francés Lazard Freres, completará su tarea de identificación de acreedores en unos seis meses.
Lavagna explicó que “hay una etapa de ordenamiento y clarificación que podrá durar seis meses, porque hay algo así como 350 mil individuos en Italia, 300 mil en Alemania, y no se sabe si 35 mil o 50 mil en Japón”.
“La tarea del asesor financiero –agregó– es clarificar quién está del otro lado de la mesa”. En el marco del largo trabajo de la reestructuración de la deuda, el jefe de Economía tiene previsto viajar a principios de marzo a Estados Unidos a reunirse con bancos y fondos de inversión. Se reunirá con los acreedores que tenía previsto visitar esta semana el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, hasta que su viaje fue cancelado por razones climáticas.
Antes de hablar para la prensa, Lavagna estuvo reunido con la misión conjunta del Banco Mundial y el FMI que vino a revisar el proceso de renegociación con las privatizadas. “Tomaron conciencia de que en la Argentina hay límites para aumentos tarifarios”, aseguró el ministro. Esa declaración echó por tierra todo el esfuerzo de los técnicos de los organismos, que se pasaron la semana aclarando que no vinieron a negociar por las tarifas.
En el terreno personal, el titular de Economía descartó presentarse para algún cargo electivo, como compañero de fórmula de Néstor Kirchner, en los próximos comicios. “De acá al 25 de mayo este ministro va a estar dedicado a esta transición, que es el más grande aporte que puede hacer Eduardo Duhalde”. En ese sentido, sentenció que la actual transición económica es la mejor de los últimos cuatro gobiernos.
“Lo que no voy a ser –atacó– es funcionario del Fondo Monetario, ni del Banco Mundial, ni del BID”. De esa forma, Lavagna criticó elípticamente a varios miembros de los equipos económicos de anteriores gobiernos, como José Luis Machinea, Adalberto Rodríguez Giavarini o Daniel Marx, que al concluir su paso por la administración pública se insertaron en la actividad privada a través de los organismos multilaterales con quienes habían negociado hasta el día anterior.