Martes, 6 de septiembre de 2011 | Hoy
ECONOMíA › LAS ADVERTENCIAS SOBRE UNA RECESIóN EN EL VIEJO CONTINENTE GOLPEARON A LOS MERCADOS FINANCIEROS
Los jefes del FMI y el Banco Mundial alertaron sobre el riesgo de una caída en recesión de las economías centrales. Sus palabras repercutieron en las Bolsas europeas, con caídas generalizadas, y la onda expansiva se propagó por el resto del mundo.
La fragilidad del sistema financiero de la Eurozona y la insostenibilidad de la deuda de algunos de los países que la componen desencadenaron un nuevo “lunes negro” en las plazas bursátiles globales. Wall Street quedó a salvo del desbarranco debido al feriado en los Estados Unidos por el Día del Trabajo. En el Viejo Continente, las caídas fueron desde el 3,6 hasta el 5,3 por ciento. La ola de ventas se inició temprano, motivada por las declaraciones de la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, y del titular del Banco Mundial, Robert Zoellick, quienes el fin de semana advirtieron que las economías de los países centrales corren el riesgo de enfriarse y entrar en recesión. En ese contexto, el oro retomó su lugar de privilegio como activo de refugio y la cotización para la onza troy superó los 1900 dólares.
En una entrevista publicada anteayer en el semanario alemán Der Spiegel, la titular del Fondo explicó que el organismo que conduce detectó una nueva crisis de confianza que perjudica la situación económica mundial y pidió adoptar medidas que “frenen una espiral descendente” de la economía. Lagarde sostuvo que los países deben “adecuar sus programas de ahorro y tomar en cuenta la posibilidad de medidas de estímulo al crecimiento”. Luego agregó que el sector bancario europeo necesita hasta 200 mil millones de euros adicionales en capital propio. En igual sentido se manifestó el sábado el presidente del BM, quien alertó sobre el riesgo de que la economía global se deslice “a una nueva zona de peligro”.
Las definiciones de ambos aportaron incertidumbre al actual desconcierto de los mercados, y varios funcionarios de la Eurozona salieron a calmar los ánimos inversores, aunque sin demasiado éxito. En las Bolsas europeas, las caídas más pronunciadas fueron para la plaza de Frankfurt, con un retroceso de 5,3 por ciento, seguida por Milán (-4,8%), París (-4,7%) y Madrid (-4,7%). El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, descartó la posibilidad de que la Unión Europea sufra una nueva recesión económica. “No prevemos una recesión para Europa. Los últimos pronósticos de la CE muestran que habrá crecimiento, aunque modesto, es cierto”, se sinceró Barroso durante una visita al Parlamento australiano. Según el directivo, tanto la región como el euro son “fuertes y resistentes”. “Quiero ser muy claro en esto”, remarcó. La moneda comunitaria se retrajo ayer un centavo frente al dólar, para cerrar en 1,41 unidad.
El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, señaló que si un país de la región no toma las decisiones adecuadas para sanear sus cuentas públicas, entonces se deberá consentir una imposición a nivel centralizado en la Unión Europea. En este contexto de ajustes que son exigidos por los países con mayor poder de decisión dentro de la Zona Euro sobresale la frágil situación presupuestaria griega y los recortes de gastos que son forzados a implementar. Al respecto, Barroso consideró que todavía es demasiado pronto para saber si el país heleno cumplirá con sus compromisos. El viernes pasado, la misión de expertos de la Comisión Europea, el BCE y el Fondo, que examina en Atenas los avances del gobierno griego en la aplicación de las medidas de ajuste, decidió aplazar su dictamen “hasta mediados de septiembre”.
La canciller alemana, Angela Merkel, expresó ayer su oposición tajante a los pedidos –incluso dentro de Alemania– de expulsar a Grecia de la Zona Euro. “La salida de Grecia podría desencadenar un efecto dominó extraordinariamente peligroso para nuestro sistema monetario”, advirtió en Berlín. En julio último, los diecisiete países de la Eurozona acordaron el segundo paquete de ayuda financiera a Grecia y la flexibilización del fondo de rescate europeo, entre otras cuestiones, algo que deberán ratificar en los próximos días todos los parlamentos nacionales.
La economía italiana también está seriamente comprometida. El presidente de ese país, Giorgio Napolitano, aseguró que “aún se está a tiempo para introducir en el Senado (italiano) la ley de conversión del plan de austeridad presentado el pasado 13 de agosto, medidas capaces de reforzar la eficacia y la credibilidad”. Pero la mayor confederación sindical de Italia, la CGIL, convocó para hoy a una huelga general en todo el país en protesta contra dicho plan de austeridad, al que calificó de “injusto y equivocado”.
En este contexto, la cotización del oro volvió a superar los 1900 dólares la onza y cerró en 1901,5 dólares. De todos modos, no alcanzó a superar el record anterior, del 22 de agosto, cuando se ubicó en 1906,6 dólares.
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