Jueves, 3 de noviembre de 2011 | Hoy
ECONOMíA › “ERA IGUAL A NUESTRO 2001”
Por David Cufré
Desde Cannes
“Fue como entrar en el túnel del tiempo. Todo era igual a nuestro 2001, el desconcierto, la angustia, las tensiones. Por suerte, esta vez lo vivimos como espectadores”, relató a Página/12 un industrial argentino, quien ayer participó de un memorable encuentro del B-20, el brazo empresario del G-20. La sigla significa Business-20 y agrupa a altos ejecutivos y dirigentes de cámaras de las 20 naciones que integran el grupo. Es la contracara del Labour-20, que integran organizaciones gremiales de esos mismos países. El B-20 de ayer estuvo dominado por la crisis de Grecia y la decisión del primer ministro Papandreu de someter a un referéndum el acuerdo con la Unión Europea y el FMI. “Están aterrorizados. Muchos ya descuentan que Grecia se cae y el gran interrogante es si Italia aguanta o no. Otros son menos pesimistas, pero están muy preocupados”, agregó el empresario argentino. En ese contexto, los representantes de Francia y Alemania buscaron por todos los medios que el documento final de su reunión incluyera una declaración categórica exigiéndole a Grecia que levante el plebiscito y acepte el convenio tal como se lo anunció la semana pasada.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner dará un discurso hoy antes del mediodía ante este foro empresario. Relatará la situación por la que atravesó el país hace una década y describirá las políticas que permitieron revertir la situación. Algunos de los empresarios que la escucharán empujan para que el país salga del default con el Club de París, con el argumento de que eso les destrabaría créditos de organismos de fomento europeos para invertir en la Argentina. Respecto de la posibilidad de que se avance en la negociación con ese grupo de naciones acreedoras, la delegación argentina era ayer poco optimista.
Pero el mayor interés del B-20 ahora está puesto en Grecia. Los empresarios argentinos rechazaron los reclamos franceses y alemanes para presionar a Grecia. Sin embargo, lo hicieron casi en soledad y al cierre de esta edición se redactaba un documento que dejaba constancia del malestar con el gobierno griego. Los empresarios franceses y alemanes trasladaron al B-20 la presión que recibieron de los jefes de Estado de sus respectivos países, Nicolas Sarkozy y Angela Merkel, quienes sienten que el referéndum griego es un desplante a su liderazgo regional. Ambos mandatarios apostaron capital político en el entendimiento con Grecia y ahora se consideran traicionados, más allá de que el verdadero esfuerzo lo deba hacer el pueblo de este último país.
La representación argentina estuvo compuesta por dirigentes de la Unión Industrial, incluido su presidente, José de Mendiguren, y dos de sus vice, Luis Betnaza (Techint) y Federico Nicholson (Ledesma). Estos expresaron que no correspondía que el B-20 se involucrara en aquella cuestión, que deben resolver los gobiernos. Pero esta postura quedó en minoría. “A la cumbre del G-20 se la come la crisis de Grecia. De pronto en Europa están descubriendo el 2001, que existen la gente, las protestas, el riesgo de estallidos. Es como si hace diez años venían a una cumbre en Argentina y nos querían hablar del medio ambiente. Acá, a los empresarios europeos no les importa nada más que superar rápido el desafío griego”, continuó la fuente.
Otra de las conclusiones del B-20 fue levantar la figura del Fondo Monetario Internacional. También aquí los empresarios argentinos expresaron las limitaciones del organismo para entender lo que ocurrió en el país en 2001. Pero en Europa confían en que puede jugar un rol disciplinador frente a gobiernos como el griego u otros a los que se les exigen políticas de ajuste.
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