La Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, recibió ayer en la residencia de Olivos a la ministra de Industria, Débora Giorgi, al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, y al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, para afinar la coordinación en la instrumentación del nuevo sistema de control sobre las importaciones que se puso en marcha hace unos días. Para analizar ese tema, a la vez, la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, se reunirá el lunes con su par de Brasil, Tatiana Prazeres, quien había criticado la medida argentina de pedir información anticipada a los importadores. Sin embargo, el propio Brasil utiliza un esquema similar, al igual que otros países desarrollados.

Desde que entró en funcionamiento el nuevo sistema de comercio exterior, los importadores locales no se han quejado y, según describen, ayer la AFIP continuó con la aprobación de operaciones. En cambio, siguen pidiendo que se agilice la entrega de licencias no automáticas de importación, que mantiene frenados productos en Aduana.

Más allá del revuelo que el esquema de declaración jurada anticipada de importaciones generó en el sector privado, Guillermo Moreno, en reuniones con empresarios, descartó que se produzca un freno masivo en las compras al exterior. No pondrá trabas en las operaciones menores a los 500 mil dólares y, en cambio, se focalizará “en las 80 o 90 empresas que mueven el amperímetro”, indicó. De hecho, según datos de la cámara de importadores (CIRA), el 50 por ciento de las importaciones se concentra en sólo 20 empresas, y el 80 por ciento se explica por un universo de 120 firmas. La mayor parte de esas compañías son extranjeras, cuya política de provisión de insumos se define según criterios que se toman en las casas matrices, algo que dificulta la sustitución por producción nacional.

La extranjerización de la economía en los últimos años estuvo dada en buena medida por la compra de empresas nacionales por parte de capitales brasileños. Con representantes de esas firmas, como Camargo Correa, Cervecería Quilmes y Loma Negra, entre otras, se reunió durante su visita al país Paulo Skaf, presidente de la poderosa Federación de Industriales de San Pablo (Fiesp), quien busca que la administración argentina de comercio no afecte a las industrias paulistas. En tanto, Tatiana Prazeres buscará el lunes que Paglieri le aclare dudas sobre el nuevo régimen. El titular de la cámara de comercio argentino brasileña, Jorge Rodríguez Aparicio, indicó que “fastidia que se tomen decisiones inconsultas, pero siempre soy optimista porque las relaciones entre Argentina y Brasil no pueden estar fuera de los conflictos y de los intereses comerciales”.

Sin embargo, Brasil también utiliza diversos instrumentos para controlar el ingreso de mercancías producidas en el exterior, como por ejemplo las licencias de preembarque, a partir de las cuales pide información anticipada, al igual que el nuevo esquema de AFIP. Además, el país vecino tiene un sistema informático muy sofisticado de licencias no automáticas de importación, mediante el cual puede activar o desactivar la vigencia de esas medidas sobre cada posición arancelaria en forma automática, sin tener que desplegar un proceso burocrático, como sí debe hacer Argentina. “La Aduana en Brasil hace paros frecuentes que terminan funcionando como una medida paraarancelaria. Son totalmente discrecionales”, agregó a este diario un empresario que integra la cúpula de la UIA.

Los importadores coinciden en que el sistema implementado por la AFIP funciona correctamente. De hecho, durante la jornada de ayer nuevas operaciones fueron validadas y puestas a disposición de la Secretaría de Comercio Interior, único organismo que hasta ahora se adhirió al régimen. Recién el lunes, cuando se cumplan las 72 horas desde que ingresaron las primeras declaraciones juradas, se terminará el plazo para que el organismo recaudador apruebe la salida de esas importaciones.