El embajador argentino en Washington, Jorge Argüello, aseguró que “no hay por qué preocuparse” en la relación bilateral con Estados Unidos. El diplomático reiteró que la exclusión del sistema generalizado de preferencias (SGP) “reduce en tan solo 18 millones de dólares anuales las facilidades de acceso al mercado estadounidense”. Al mismo tiempo, sostuvo que las presiones para que el gobierno de Barack Obama tome la decisión de suspender los beneficios arancelarios para las exportaciones argentinas provienen de fondos buitre que compraron los “laudos” del Ciadi, el tribunal arbitral del Banco Mundial, a las empresas Azurix y CMS Gas Transmission Company.

“Argentina no dejará de lado la legislación nacional para convalidar una interpretación legal contraria a las normas nacionales vigentes”, advirtió el diplomático. Por su parte, el ministro de Agricultura, Norberto Yauhar, recordó que Argentina “tiene permiso hace diez años para vender carne a los Estados Unidos y todavía no podemos. Y tampoco pudimos ni siquiera ingresar un limón por el lobby de las empresas”.