Las exportaciones de los complejos productivos regionales crecieron un 49,3 por ciento en el período 2007-2011. Esto incluye a los sectores vitivinícola, frutas (pepitas y cítricas), legumbres, tabaco, forestal, apícola, ovino, entre otros. Las ventas al exterior de estas economías aportaron sólo el año pasado 5800 millones de dólares. “Este resultado no es solamente producto del contexto internacional (precios) sino que hay una política de desarrollo en infraestructura, riego, inversiones en energía y apertura de nuevos mercados que sostienen el crecimiento”, afirmó a Página/12 la secretaria de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar, Carla Campos Bilbao. Según resaltó la funcionaria, las economías regionales representan los mismos ingresos que el sector cárnico, pero con un aporte mayor en la generación de empleo.

La inclusión de la agricultura de pequeña escala (considerada como una unidad productiva) y las economías regionales en las cadenas de producción de un país fueron los temas centrales de la última cumbre regional de la FAO, que se realizó la semana pasada en la Argentina. Dentro de este foro internacional se asumió la posición de que este tipo de producciones resultan vitales para la soberanía alimentaria, más allá del auge de los commodities como la soja, el trigo, y el girasol.

Según datos de la cartera de Agricultura, que conduce Norberto Yauhar, el complejo vitivinícola tuvo un incremento de sus ventas externas de 46,9 por ciento entre 2007 y 2011. El año pasado exportó por 1201,8 millones de dólares. De acuerdo con una matriz productiva elaborada en base a los datos de Agricultura, AFIP, el Indec, el INTA, la CAME, entre otras organizaciones, la cantidad de empleados de este sector llega a 97 mil, entre quienes trabajan directamente en su establecimiento y transitorios.

Las frutas de pepita aumentaron en promedio un 43,8 por ciento. El año pasado se vendieron 765,4 millones de dólares. La producción de peras y sus jugos sobresalieron de la media, con una suba de 53 por ciento. La cantidad de trabajadores llega a los 38 mil. El complejo apícola tuvo un incremento de 60,7 por ciento. En 2007 se exportaron 138,1 millones de dólares, mientras que el año pasado las ventas al exterior alcanzaron los 221,9 millones de dólares. La cantidad de trabajadores supera los 120 mil. “Las exportaciones de estos productos involucran más mano de obra que los commodities. El sector de la agricultura familiar y las economías regionales ocupan las tres cuartas partes del empleo rural”, sostuvo Campos Bilbao.

No todo es soja en el país, por más que los ingresos fiscales por la venta de este grano sean más que significativos (ver página 13). Según la cartera de Agricultura, las economías regionales y la agricultura familiar representan en el NEA más del 60 por ciento de toda su producción, mientras que en la Patagonia no llega al 20 por ciento. “Tenemos la necesidad de continuar con la diversificación productiva para ser menos vulnerables al contexto internacional”, agregó la funcionaria.

En los últimos cuatro años, las economías regionales crecieron en su participación en el PBI total. También fueron una gran generadora de mano de obra. A pesar de estos resultados, algunas entidades gremiales, como la Federación Agraria, suelen afirmar que estos sectores tienen cada vez menos rentabilidad. “El éxito de la rentabilidad de las economías regionales tiene que ser distribuido de mejor manera. Ese es el desafío. Este sector continuó con el patrón de los agronegocios. Por eso es clave darles una mayor institucionalización a los productores. Por ejemplo, en el NEA estamos trabajando con la figura de los consorcios, basados en las ligas agrarias, donde un conjunto de productores pueden unir esfuerzos para ser más competitivos”, concluyó Campos Bilbao.