ECONOMíA › EXCLUSIVO: EL PLAN DE LOS BANQUEROS PARA REDEFINIR EL SISTEMA FINANCIERO
Jugar a cometer el mismo error de los ’90
Como si no hubiese pasado nada con la explosión del régimen bimonetario de la convertibilidad, los banqueros privados nacionales agrupados en Adeba quieren volver a tomar y prestar dólares. Agenda para el próximo gobierno.
Por Claudio Zlotnik
Todavía quedan más de dos semanas para elegir al nuevo presidente. Pero los grupos de poder ya se están preparando para recibir al futuro mandatario con la agenda de reclamos. Cada sector tiene los suyos. Los banqueros de Adeba, la flamante asociación que agrupa a las entidades financieras de capital nacional, ultiman los detalles de un documento –al que tuvo acceso exclusivo Página/12– con las normas que deberían implementarse en el sistema financiero. Algunos pedidos son polémicos y hacen creer que los financistas son incorregibles: a pesar del colapso del bimonetarismo de la convertibilidad, quieren tener libertad para captar y prestar dólares. También, que el Banco Central les garantice la liquidez necesaria para devolver los amparos y disminuir en forma drástica los encajes.
A menos de un mes de la asunción del sucesor de Eduardo Duhalde, los banqueros y empresarios nacionales se apuran en definir sus pretensiones. En las últimas semanas se llevaron a cabo reuniones entre los financistas y los distintos representantes del sector productivo con la intención de elaborar un documento conjunto para presentarles a las futuras autoridades. En este contexto se notó un recambio dirigencial en los distintos grupos. Los banqueros nacionales se escindieron de los extranjeros, hubo elecciones en la Unión Industrial y se designó una nueva cúpula en la Cámara Argentina de Comercio y en la Bolsa de Comercio.
La lista de reclamos de los banqueros nacionales quedará oficializada en los próximos días, cuando el Banco Central y el Fondo Monetario avancen en las definiciones sobre la manera en que se encarará la reestructuración del sistema financiero. No caben dudas de que tras el colapso económico del año pasado, el sector bancario seguirá achicándose. Los dueños de los bancos de capital local quieren ocupar la pole position cuando el nuevo jefe de Estado largue su propia carrera.
Desde el punto de vista macroeconómico, las definiciones que surjan para el nuevo sistema son claves. De las nuevas normas dependerán el volumen y el costo del crédito que se volcará al sector privado, una variable esencial para la marcha económica.
La misión del FMI que ya trabaja en las oficinas de Reconquista 266, sede del Central, ya adelantó una de sus exigencias: elevar los capitales mínimos que requieren los bancos para operar. La medida implicaría una inyección de capitales que los financistas no están dispuestos a aplicar. En el Central juegan a favor de los banqueros y argumentan que si se llevara a cabo esa pretensión varias entidades financieras irían a la quiebra. Sospechan que la mayoría ni siquiera cumple con la exigencia actual de capitales mínimos, equivalente al 11 por ciento del total de activos. Al contrario de lo requerido por Washington, los financistas quieren bajar el nivel de capital mínimo. Argumentan que es la única forma de volver a dar créditos.
Los banqueros de Adeba pretenden que Alfonso Prat Gay también los apoye en la lista de demandas que vienen elaborando. Y que son las siguientes:
- Libre operatoria con dólares. La captación de billetes verdes incluiría a cualquier tipo de cuenta bancaria y a los cheques. También habría libre movilidad de las divisas entre bancos. Los financistas solicitan la libre aplicación de esos depósitos, y no, como rige ahora, de limitar el destino de los dólares a las actividades que facturan en esa moneda. “¿Por qué dejar afuera a un proveedor de una compañía exportadora? Cada banco debe medir el riesgo de participar o no”, señaló una fuente de Adeba a este diario. Este reclamo desató una pelea entre banqueros. Carlos Heller, titular de Abappra (bancos públicos y cooperativos), se opuso férreamente a esa posibilidad. Heller quiere limitar las operaciones en dólares a aquellas empresas con ingresos dolarizados provenientes del comercio exterior.
- Garantía de los depósitos. Para los banqueros, la actual garantía de 30.000 pesos es limitada. Y proponen multiplicarla por diez.
- Tasas de interés pasivas. Se niegan a que el Central ponga condicionamientos. Hasta ahora, la autoridad monetaria impone topes (tasas de referencia) para la aplicación de la garantía de los depósitos.
- Créditos. Los financistas aseguran que hacen falta “medidas fundamentales” para recrear los préstamos. Entre esas iniciativas figuran que el Banco Central debería otorgar una “garantía de liquidez” a las entidades financieras por los amparos judiciales pendientes. En la propuesta que analizan en Adeba se incluye un encaje de sólo 10 por ciento sobre el total de Cedros. En caso de que ese monto no alcance para devolver los amparos, el BC actuaría como prestamista de última instancia.
- Tasas de interés activas. Según los banqueros, la posibilidad de prestar en dólares abarataría los créditos, al tiempo que podrían alargarse los plazos de las líneas. Los préstamos en pesos se restringirían a los de corto alcance. Otra posibilidad es que se avale la indexación por el CER de los créditos en pesos, ajustando los costos a la suerte de la inflación.
- Redescuentos. Deberían eliminarse las restricciones que pesan sobre las entidades financieras que le adeudan al Central. Los banqueros quieren estirar los plazos de ese pasivo entre 15 y 20 años, independientemente de lo que suceda con los activos bancarios que los garantizan.
- Encajes. Como el Central ahora actúa como prestamista de última instancia, los financistas piden que las inmovilizaciones de fondos por los depósitos que reciben no supere el 10 por ciento. Dicen que así sería más fácil regenerar el crédito. Hasta ahora, los plazos fijos requieren de un encaje de entre 18 y 22 por ciento según los plazos.