ECONOMíA › COMIENZA UNA NUEVA RONDA DE NEGOCIACION CON FUNCIONARIOS DEL FMI
Una bromita para el Fondo Monetario
El mismo día en que llegó el jefe de la misión del FMI fue promulgada en el Boletín Oficial la prórroga de las ejecuciones hipotecarias. Por esa medida, el Gobierno deberá pedir “perdón” al Fondo.
Los funcionarios del Fondo Monetario deben haber pensado en una broma de mal gusto: uno de esos gestos de rebeldía que Washington mira con tanto desagrado de países como Argentina. Ayer, el mismo día en que llegó al país John Thornton, el jefe de la misión del organismo que monitorea el caso argentino, fue promulgada en el Boletín Oficial la ley que prórroga por tres meses la suspensión de las ejecuciones hipotecarias para vivienda única. Como es sabido, dicha prórroga, aprobada por el Congreso y no vetada por el Presidente, suscitó días atrás el primer cortocircuito de la era Kirchner con el FMI, que presionó hasta último momento en favor del “derecho de los acreedores”, o sea de los bancos. Tanto es así que el Fondo se negó a aprobar las metas del acuerdo vigente para el primer trimestre y Roberto Lavagna tuvo que admitir que se pediría un waiver (perdón) al organismo para no patear el tablero.
Poco después de aterrizar en Ezeiza, Thorton se reunió con el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, quien seguirá liderando las negociaciones con Washington. En ese encuentro, el economista inglés se puso al día de las novedades ocurridas en la primera semana de gestión de la administración Kirchner y pautó con Nielsen la agenda de reuniones para los próximos días.
Para hoy se espera la llegada al país del subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental, John Dodsworth, quien además se instalará en Buenos Aires como representante permanente en Buenos Aires. Recién entonces empezarían las negociaciones formales con vistas a dos objetivos. Primero, la postergada aprobación de las metas fiscales y monetarias del primer trimestre que, según Lavagna, fueron “sobrecumplidas”. Segundo, la consideración por parte del organismo de la solicitud de “waiver” presentada por el gobierno. En tercer lugar, el inicio de las conversaciones para extender, al menos hasta fin de año, el acuerdo de refinanciación de vencimientos de deuda con los organismos internacionales, que expira en agosto.
Hoy, los dos John (Thornton y Dodsworth) se reunirán con el flamante secretario de Hacienda, Carlos Mosse, y el jueves con el ministro de Economía, Roberto Lavagna, además de largar la habitual maratón de sesiones de evaluación técnica con otros funcionarios de menor jerarquía.
Se supone que no habrá problema para que los hombres del Fondo aprueben las metas monetarias y fiscales del primer trimestre. De hecho, ya lo hicieron cuando estuvieron en Buenos Aires una semana antes de las elecciones. Pero además, hay un dato adicional que no podrán pasar por alto: las buenas perspectivas fiscales que augura la recaudación record de mayo. La negociación del “perdón” de Washington por el tema hipotecas, en cambio, requerirá algunos compromisos extra por parte de Lavagna. En principio, que no habrá nueva prórroga cuando venza la actual. Claro que después de 5 prórrogas consecutivas, aprobadas por el Congreso, será difícil que el ministro los convenza fácilmente, a menos que negocie algún compromiso que involucre también al presidente, con su poder de veto. Además, en Economía avanzarían con la propuesta de la instancia mediadora para solucionar los casos menos conflictivos entre bancos y deudores. Después de todo, las hipotecas de vivienda única en proceso de ejecución abarcan un universo minúsculo: menos del 1 por ciento de los créditos otorgados por el sistema financiero.
El punto más bravo de la negociación estará, sin duda, en las exigencias que planteará el Fondo para extender el acuerdo a partir de agosto. Según dicen en Economía, los burócratas de Washington pretenden elevar las metas de superávit fiscal de 2,5 a 4,5 por ciento del PBI. Traducido, eso significa unos 9000 millones de pesos extra, que deberán conseguirse con más ajuste fiscal: más recaudación o menos gastos.