La reunión de ministros de Finanzas del G-20 arrancó ayer en Moscú. Para representar a la Argentina, en lugar del titular de la cartera de Hacienda, Hernán Lorenzino, quien se quedó en el país negociando la paritaria docente, viajó Adrián Cosentino, secretario de Finanzas. Uno de los principales temas en debate entre los representantes de las potencias industrializadas y los países emergentes es la amenaza de una “guerra de monedas”, que implica la búsqueda de recuperar competitividad a través de la devaluación. Otro eje de discusión, como en ocasiones anteriores, es la delicada situación europea, economía que en 2013 no se espera que salga del estancamiento. La postura argentina es desde hace años la de priorizar el crecimiento económico a través de la expansión fiscal.

Uno de los funcionarios que participa del cónclave en Rusia es el ministro de Economía de Brasil, Guido Mantega. En relación con el valor del real, que es motivo de queja de los industriales brasileños por un supuesto atraso, Mantega dijo que “el dólar está en un nivel razonable y le da cierta competitividad a la industria y a las exportaciones y no permite tanta invasión de productos a precios artificialmente bajos”.

Por su parte, el titular del Banco Central Europeo, Mario Dra-ghi, negó que la entidad que encabeza se focalice en el manejo del tipo de cambio. “No es el objetivo de la política monetaria del BCE, pero sí es importante para la estabilidad de los precios y el crecimiento”, dijo. Uno de los principales peligros en la Zona Euro es la deflación, que Draghi se ocupó de descartar como posibilidad.