“Eso que llaman blue es una cuestión muy marginal y especulativa que tiene que ver con poquitos argentinos”, sostuvo ayer el vicepresidente Amado Boudou. Las afirmaciones del funcionario llegaron en una jornada donde la cotización del dólar ilegal tocó los 10 pesos, aunque terminó la semana en 9,88 pesos, mientras que el tipo de cambio oficial subió un centavo hasta 5,20 pesos. El vicepresidente defendió la política de administración del tipo de cambio y rechazó la posibilidad de realizar una fuerte devaluación como reclaman desde algunos sectores.

El análisis que ofreció ayer Boudou fueron las primeras declaraciones del Poder Ejecutivo sobre las tensiones en el mercado cambiario en varios meses y estuvieron acompañadas por las visiones de legisladores y economistas como Roberto Feletti y Aldo Ferrer. Desde el Banco Central consideran que la brecha entre la cotización oficial y la ilegal no genera presiones inflacionarias y aseguran que no se van a flexibilizar las restricciones para la compra de dólares ni convalidar una fuerte devaluación.

“Algunos querrán un dólar más bajo o más alto, pero lo que el Gobierno tiene que hacer es administrar para los 40 millones e interpretar que las políticas que lleva adelante tienen que servir al mismo tiempo a varios objetivos”, afirmó Boudou. El funcionario consideró que no más de 200 mil personas intervienen en el atomizado segmento blue. “Quienes se vuelcan a ese tipo de operaciones pertenecen a un sector de ingresos muy altos que está ingresando en un juego especulativo.”

El nuevo enfoque del Gobierno dejó de lado la explicación estacional del aumento en el precio del dólar ilegal que se escuchó durante el verano para apuntar hacia las presiones de sectores de poder que buscan conducir a una fuerte devaluación que les permita maximizar niveles de rentabilidad. “Hay sectores que están pidiendo a gritos una devaluación y atacan la política económica que defiende el empleo. Son aquellos que están interesados en recomponer los niveles de ganancia empresariales”, consideró el diputado del Frente para la Victoria Roberto Feletti.

En algunos sectores del equipo económico afirman que la continuidad del incremento del valor del dólar sin volatilidad terminará evidenciando la fortaleza de la política cambiaria oficial. “La política cambiaria de este Gobierno tiene que ver con ser el vértice entre algunos factores importantes, tiene que ver con la previsibilidad, cosa que es indudable, dado que desde 2003 el tipo de cambio no ha sufrido problemas en Argentina”, señaló Amado Boudou.

Sin embargo, desde otras áreas advierten sobre los costos en materia de reservas que puede implicar esa lógica, aunque reconocen que los activos del Banco Central se mantienen en niveles elevados. Más allá de las diferencias que puedan existir entre los distintos ámbitos del equipo económico, todos coinciden en señalar que “ninguna alternativa es neutral y que es necesario tener en claro a qué sectores de la sociedad beneficia y perjudica cada decisión”.

“Hay varios problemas que deben ser resueltos desde una perspectiva nacional y evitar que se conviertan en trampa para permitir el regreso de políticas neoliberales”, explicó a este diario el economista Aldo Ferrer. Entre los problemas que identifica el ex embajador argentino en Francia, figuran: la apreciación del tipo de cambio real y el aumento en el nivel de precios que “generan un escenario de expectativas negativas que no se corresponde con la solidez económica del país. Hay una situación que es manejable pero que se debe abordar”, explica Ferrer. El economista considera que esas dificultades “no se resuelven solamente con controles” pero rechaza una megadevaluación.

Por su parte, el legislador Carlos Heller, de Nuevo Encuentro y titular del Banco Credicoop, apuntó contra el presidente del Banco Ciudad, Federico Sturzenegger, quien pidió devaluar un 40 por ciento. “Sturzenegger está pensando en una devaluación acompañada por una fuertísima contracción monetaria. Eso generaría una gran recesión y un ajuste tradicional con empobrecimiento, pérdida de empleo, cierre de empresas, y con el que un grupito de exportadores haría un enorme negocio, ése es el modelo que tiene en mente”, apuntó Heller.

En sintonía con los planteos de Ferrer, dijo que existe un amplio grupo de economistas afines al Gobierno que comparte la visión sobre la “marginalidad” del dólar blue, pero advierte que genera inconvenientes en la decisiones de cómo invertir de los agentes económicos que retacean inversiones y consumo. También señalan la existencia de problemas de competitividad y la presencia de empresarios agropecuarios que no liquidan sus exportaciones limitando el ingreso de divisas. En ese sentido, defienden las diferentes medidas de administración comercial y disciplinamiento de los sectores empresarios, por ejemplo, a través de la restricción para la remisión de utilidades al exterior, pero consideran que las trabas a la compra de divisas no representan una solución de fondo al histórico problema del estrangulamiento por falta de dólares.