La tarjeta de crédito Súper Card comenzará a ser ofrecida por los grandes supermercados en las próximas dos semanas, en el mismo espacio donde las empresas ahora publicitan sus propias tarjetas. Ayer se conocieron algunas novedades sobre el nuevo plástico. El límite de compra mensual no será de 3 mil pesos sino de 20 mil, y se podrá financiar hasta una tercera parte, es decir que el tope será de 6600 pesos, a pagar hasta en 24 cuotas a una tasa de interés del 22 por ciento anual. La tasa que aplican los bancos por las tarjetas tradicionales ronda entre 35 y 50 por ciento anual. El fondeo inicial para la Súper Card será de 100 millones de pesos que aportarán las compañías de seguros a partir del inciso “K” del Reglamento General de la Actividad Aseguradora, que les exige una meta de inversiones en la economía real. Está previsto que se amplíe hasta los 1000 millones de pesos.

Uno de los requisitos para obtener la tarjeta, que figura en la web de la Súper Card (www.supercardsa.com.ar), es ser titular de otra tarjeta de crédito en uso con al menos 12 meses de antigüedad. Eso mejora las condiciones de repago pero limita el universo de clientes.

En principio, el lanzamiento de la tarjeta no se hará en un acto de gobierno, sino que directamente comenzará a ofrecerse en los hipermercados. “En los próximos 15 días, en las grandes superficies estarán los stands de comercialización de la tarjeta, con las promotoras. Se llena la solicitud y llega la tarjeta por correo”, explicó el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Ayer el funcionario entregó a cada empresario que asistió a La Escuelita una copia de la nota del diario Clarín donde dice que la inflación anual en una canasta de bienes determinada no llega al 15 por ciento.

La idea es que el costo de funcionamiento de la tarjeta sea el más bajo posible, para que la ecuación de rentabilidad de la sociedad anónima que se conformó para manejar el plástico soporte los bajos ingresos derivados de una comisión sobre las ventas de 0,75 por ciento, muy inferior a la que cobran las tarjetas de crédito tradicionales, como Visa, Mastercard y American Express, que es del 3 por ciento. Por eso la Súper Card no emitiría los resúmenes mensuales en formato papel, sino que el usuario pagará la cuenta, que le llegará al mail, directamente con la tarjeta en la caja del supermercado o de cualquiera de los comercios adheridos.

La baja en las comisiones es relevante para los supermercados, cuyo negocio es vender mucho con márgenes relativamente bajos. Si se tiene en cuenta que cerca de la mitad de las ventas de las grandes superficies se realizan con tarjeta de crédito y que la reducción de las comisiones es de más de 2 puntos porcentuales, la mejora en la rentabilidad es importante, siempre que el uso de la Súper Card se extienda lo suficiente.

“Las comisiones acá eran las más altas de América latina, lo venimos reclamando desde hace años en cada foro al que asistimos”, explicó a este diario Fernando Aguirre, de la Cámara Argentina de Supermercados. A cambio de la baja de costos, Moreno exige a los súper un fuerte compromiso con su política de control de precios en las góndolas. Ayer pequeños y medianos comerciantes bonaerenses pidieron que se los incluya en la Súper Card.

La tarjeta estará manejada por la empresa Súper Card SA, conformada por Coto, la Cooperativa Obrera de Bahía Blanca, Frávega, Garbarino, Banco Hipotecario a través de la firma Tarshop y la Corporación del Mercado Central. Los socios adherentes plenos, quienes podrán entregar tarjetas en sus sucursales, son el resto de las grandes cadenas de supermercados, Red Megatone y Musimundo. Por último, están los adherentes simples, quienes sólo pueden aceptar la Súper Card como medio de pago. Son los supermercados del interior, perfumerías, farmacias, la casa de comidas rápida McDonald’s, estaciones de servicio YPF y el Mercado de Liniers.

El fondeo inicial de la Súper Card va a provenir de las compañías de seguros, que deben destinar una parte de sus ahorros a la inversión productiva. La Secretaría de Comercio Interior envió a la Superintendencia de Seguros una Obligación Negociable (ON) por 100 millones de pesos para solventar las primeras compras. El monto puede crecer hasta los 1000 millones de pesos.