Sábado, 29 de junio de 2013 | Hoy
SOCIEDAD › OPINION
Por Mercedes Miguel *
Cuando decidimos posicionar a los estudiantes y su aprendizaje en el centro de todas nuestras políticas educativas en el Ministerio de Educación de la Ciudad, lo hicimos convencidos de que debemos trabajar cada día para asegurar la igualdad de acceso al saber a todos los alumnos.
¿Pero qué deben saber? ¿Qué debe garantizar la escuela secundaria obligatoria? ¿Cómo deben aprender los alumnos que egresarán en el 2020 de la Nueva Escuela Secundaria de Calidad?
La Ciudad ha asumido el irrevocable compromiso de reformular la actual escuela secundaria que, al día de hoy, no tiene diseño curricular, sino una fragmentada e inequitativa oferta educativa distribuida en 158 planes de estudios. ¿En qué marco? En dos grandes parámetros:
1 El de mejorar todos los indicadores educativos que presenta actualmente la Ciudad, donde 7 de cada 10 estudiantes egresan de la escuela secundaria sin los saberes mínimos necesarios en matemática y práctica del lenguaje; 6 de cada 10 terminan la secundaria en el tiempo que corresponde y 2 de cada 10 alumnos abandonan la escuela.
2 En las resoluciones del Consejo Federal que disponen este cambio necesario para la formación del nivel secundario para todo el país.
Es imperioso mirar más allá de las diversas tensiones, variables e intereses que presenta la reforma de la escuela secundaria para no perder jamás de vista a los estudiantes y sus necesidades. Ellos egresarán a un mundo diferente, donde las demandas se están centrando cada vez más en las habilidades y la capacidad de ser creativos, emprendedores, de comprenderse ciudadanos del mundo en una economía y sociedad globalizada donde las formas del trabajo, producción y generación de ingresos serán críticamente diferentes a lo que se conoce hoy.
En este contexto conviven nuestra determinante insistencia en trabajar por una nueva escuela secundaria para todos, con el acceso al conocimiento y la capacidad de ser ciudadanos libres y plenamente desarrollados, y las tensiones propias de toda reforma que amerita sostener la validez nacional de los títulos, defender la diversidad de la Ciudad, contemplar la estabilidad laboral docente y dar la formación, los valores y los saberes necesarios a los estudiantes.
Estamos en pleno proceso de construcción de una nueva escuela secundaria que tiene los pies en nuestra Ciudad, nuestro país, pero que necesita, sin perder más tiempo ni oportunidades, mirar hacia el mundo globalizado que albergue a los estudiantes, sus sueños y su libertad más allá del 2020.
* Directora general de Planeamiento Educativo GCBA.
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