Martes, 10 de septiembre de 2013 | Hoy
ECONOMíA › EL GOBIERNO YA MANTUVO DOS REUNIONES CON EMPRESARIOS. ESTA SEMANA SIGUEN LOS ENCUENTROS
Las primeras mesas fueron con empresarios metalúrgicos. Mañana será el turno de los farmacéuticos, y también está previsto convocar una mesa de economías regionales y otra del sector automotor. Las opciones que se analizan.
Por Javier Lewkowicz
El Gobierno retomó la discusión sobre la competitividad industrial. La semana pasada, un amplio equipo de funcionarios mantuvo dos reuniones con economistas de la UIA y dirigentes del sector metalúrgico. Mañana será el turno de los farmacéuticos, y también está previsto convocar una mesa de economías regionales y otra del sector automotor. Una de las medidas que se debate es la suba de los reintegros a las exportaciones industriales. Los metalúrgicos presentaron también como un problema el alto precio en el mercado interno de los insumos siderúrgicos. Ante ese planteo, Techint propuso vender el metal a precio diferencial para productos que luego se destinen a la exportación.
Los encuentros con los industriales son las secuelas de la convocatoria de Cristina Fernández de Kirchner a dialogar con los empresarios, luego de la derrota que sufrió el oficialismo en las principales ciudades del país en las PASO. Encabezan la mesa de trabajo el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno; el viceministro de Economía, Axel Kicillof; la ministra de Industria, Débora Giorgi; el director del Indec, Norberto Itzcovich; y técnicos del Ministerio de Trabajo, AFIP, Aduana, Banco Central y Banco Nación.
En el Gobierno reconocen que hay muchas empresas industriales en sectores con exposición al mercado mundial que tienen problemas de competitividad. Eso se expresa tanto en la pérdida de mercados de exportación como en la sustitución de producción local por importaciones o en el incremento de los precios internos. De todas maneras, el empleo no se ha visto afectado hasta ahora.
Uno de los principales factores que explican esta situación es la crisis mundial, que invita a vender manufacturas a precios de remate en los países desarrollados. Un ejemplo es España, que ofrece a valor de dumping maquinaria compleja. En el libro de quejas de los industriales también aparece la suba de los costos en dólares de los últimos años, problemas de infraestructura, mercados no competitivos, deficiencias en el esquema de incentivos tributarios y el costo del financiamiento a la producción. El camino que el Gobierno no tomará, así lo asegura en cada encuentro, es el de una brusca devaluación que afecte el nivel de empleo y los salarios.
Los funcionarios recibieron días atrás a representantes de Adimra (que nuclea a los empresarios metalúrgicos), junto a directivos de Siderar, Aluar y las electrónicas de Tierra del Fuego. Uno de los reclamos de los metalúrgicos es el alto precio de su insumo principal, la chapa que adquieren de Siderar y Aluar. Un informe que difundió recientemente Cipibic, que agrupa a los fabricantes de bienes de capital, detalla que el acero en el mercado interno es cerca de un 40 por ciento más caro que en el mercado internacional, e incluso también es superior al valor en Brasil. Cabe resaltar que a pesar de las disputas con Techint, el Gobierno ofrece una protección muy relevante a los laminados que produce el grupo. A cambio, la empresa de Paolo Rocca ofreció vender chapa a precio más bajo para los metalúrgicos que luego deban exportar. La siderurgia explica en promedio el 16 por ciento de los costos del sector.
En la segunda reunión de competitividad, los funcionarios recibieron a los economistas de la UIA, quienes presentaron un informe de costos industriales donde plantean que la suba de costos fue mayor al alza de los precios de salida de fábrica. Una de los principales cuestiones que la UIA destaca es el avance de las materias primas, por los precios internacionales, junto a la logística, factor que ayer mencionó la Presidenta. La semana que viene será el turno de Cilfa, que agrupa a los laboratorios nacionales.
Una medida que el Gobierno analiza es modificar el esquema de reintegros para favorecer las exportaciones de productos con mayor valor agregado y que más trabajo generan. Ello supondría para esas firmas una mejora del tipo de cambio efectivo. En la actualidad, el 6 por ciento de la facturación se reintegra al exportador industrial, para compensar retenciones del 5 por ciento que las firmas pagan al momento de la venta. En el caso de las plantas llaves en mano, se reintegra un 4 por ciento. El trámite de devolución es engorroso, lo que eleva el costo financiero.
Moreno y Kicillof aclararon a los empresarios que el Gobierno no tomaría medidas con el objetivo único de mejorar la rentabilidad, sino sólo en función de incrementar las exportaciones y el empleo industrial. Por eso, una posibilidad es que la suba de los reintegros se implemente de manera puntual a empresas en dificultades, al estilo del Repro, del Ministerio de Trabajo, pero para la exportación.
Una poderosa herramienta de política económica recuperada por el kirchnerismo es la política comercial, ahora basada en el sistema de Declaraciones Juradas Anticipadas de Importaciones (DJAI) cuya aprobación no responde a parámetros claros. Más que una estrategia, ello tiene que ver con la necesidad del Gobierno de regular el flujo de salida de dólares para no generar tensiones en el mercado cambiario ni en las reservas. Moreno viene planteando que esa férrea administración no podrá sostenerse mucho tiempo más, en parte por la presión de la OMC. A pesar de que no se esperan grandes cambios en la materia, se conformó una mesa puntual por el tema comercio exterior. Las empresas mantienen reclamos por demoras en la aprobación de DJAI para importar máquinas e insumos. El secretario advierte que parte de las demoras guarda relación con pedidos de importación excesivos que algunas empresas harían para especular con una potencial devaluación.
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