Luego de otra jornada de calor que incluyó cortes de luz en varios barrios de Capital y el conurbano, el ministro de Planificación, Julio De Vido, aseguró que las distribuidoras eléctricas realizan algunas de esas interrupciones de manera preventiva para efectuar tareas de mantenimiento cuando se detecta que en un determinado lugar las instalaciones pueden estar sobreexigidas por exceso de demanda. “De esta manera, puede prevenirse en una o dos horas lo que de otra forma podría llevar dos días”, sostuvo el funcionario. La aclaración llegó luego de que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, asegurara por la mañana que el Gobierno evaluaba implementar “cortes programados”, lo que fue interpretado por algunos medios como la posibilidad de que se implemente un sistema de cortes similar al que llevó adelante el gobierno de Raúl Alfonsín. “Esta situación no tiene nada que ver con los cortes programados por falta de generación y demanda decreciente, como ocurrió en nuestro país en la década del ‘80, sino con la preservación y reparación de la infraestructura del sistema de distribución eléctrica en los menores plazos posibles”, precisó De Vido.

En su habitual conferencia de prensa matutina, Capitanich se refirió una vez más a los cortes de luz y sorprendió al afirmar que podrían ser planificados. “Muchos se preguntan si no es mejor una estrategia programada de interrupción del servicio para evitar un colapso mayor, y eso es lo que las empresas también tienen que programar con los usuarios: sistemas de interrupción del suministro en forma rotativa a los efectos de, primero, que las frecuencias de corte sean inferiores, y segundo, que el tiempo de corte también sea inferior”, aseguró el jefe de Gabinete.

Un periodista le pidió entonces a Capitanich que precise cómo serían esos cortes y el funcionario respondió, de manera al menos confusa, que “eso tiene que ser evaluado jornada tras jornada en virtud de la temperatura promedio y los niveles de funcionamiento del sistema eléctrico en su conjunto. Obviamente, quizás estrategias de intervención programadas permitan establecer un mecanismo rotativo que por lo menos genere las condiciones de funcionamiento adecuado para todo el servicio”.

La respuesta de Capitanich llamó la atención porque el pliego de privatización no contempla la posibilidad de que las distribuidoras realicen cortes de luz planificados. Además, el propio De Vido había descartado esa posibilidad en declaraciones formuladas durante su reciente gira por Moscú.

–¿El ministerio evaluó implementar un sistema de cortes programados? –se le preguntó durante su gira.

–Jamás, me parece una locura. Si el contrato dice corte cero, ¿cómo se van a permitir interrupciones? Buscamos un servicio óptimo y, si no es óptimo, hacemos las multas.

Luego de las declaraciones de Capitanich, De Vido mantuvo su postura y tuvo que hacer equilibrio para precisar lo dicho por el jefe de Gabinete sin desmentirlo. Fue entonces cuando aseguró que suele haber “interrupciones preventivas” cuando se detecta que las instalaciones eléctricas están sobreexigidas, pero que eso no tiene nada que ver con los cortes programados de la década del ’80. El funcionario remarcó que esas interrupciones se realizan sólo cuando la red está sobreexigida. De lo contrario, se podría suponer que las firmas realizan cortes porque la energía disponible no alcanza a abastecer la demanda, cuando en todo momento el Gobierno ha venido sosteniendo que la energía es suficiente porque el problema no está en la generación, sino en la distribución.