Al cierre de esta edición, la Cámara de Senadores estaba discutiendo el proyecto que busca incrementar los impuestos internos a los autos de alta gama, motocicletas, embarcaciones y aviones de uso particular. Desde el Frente para la Victoria (FpV) sostuvieron que conseguirán su aprobación sin sobresaltos. Luego del recambio en la Cámara, el oficialismo mantiene un núcleo duro de 32 legisladores, a los que se les sumarían distintos aliados, como el Frente Cívico por Santiago del Estero, el PJ La Pampa y el Federalismo Santafesino, entre otros. En total, sumaría 39 voluntades. Por su parte, el radicalismo, el peronismo disidente y el FAP adelantaron que rechazarán el proyecto. El senador pampeano Carlos Verna reclamó que la base imponible del tributo sea actualizada de manera automática.

“Este proyecto generará ingresos por 500 millones de pesos, y sólo afectará al 7 por ciento del sector automotor. Todos los sectores que cuestionan esta iniciativa hicieron sus planteos, que podrán ser elevados al Ejecutivo, para analizar en conjunto sus estructuras de costos”, sostuvo Aníbal Fernández (FpV), al inicio del debate sobre este tema, que comenzó ayer a las 23.

El proyecto de ley pretende evitar que se destinen dólares de las reservas para importar autos de alta gama y otros bienes suntuarios. Según el Gobierno, el incremento en los impuestos internos para los vehículos más caros sólo afectará al 6 por ciento del mercado. Sin embargo, las concesionarias nucleadas en Acara estiman que llegará al 8 por ciento de las unidades cero kilómetro y al 15 por ciento de la facturación de los concesionarios.

A partir del debate parlamentario, el proyecto original tuvo algunos cambios en relación con los valores de los bienes alcanzados. En el caso de automotores y motores, se aplicará una alícuota del 30 por ciento para los vehículos cuyo valor de fábrica se ubique entre 170 mil a 210 mil pesos, neto de impuestos. Por encima de esa última cifra, la alícuota será del 50 por ciento. La iniciativa del Poder Ejecutivo no establecía ninguna escala.

En cuanto a las embarcaciones, durante el tratamiento en la Cámara baja se aumentó el monto de exención, al pasar de 22 mil pesos, como sostenía el proyecto del Ejecutivo, a 100 mil pesos. Por arriba de este valor, y hasta los 170 mil pesos, la alícuota será del 30 por ciento, y por encima de este último, llegará al 50 por ciento.

Al igual que durante el debate en comisión, la senadora Laura Montero habló de todos los males de la economía: pasó por la inflación, las economías regionales, la crisis energética y llegó hasta los saqueos. Luego de todos esos temas, cuestionó el proyecto bajo tratamiento.

Los representantes de la cámara que nuclea a los fabricantes de autos y los concesionarios rechazaron el proyecto. Durante la última reunión de comisiones, el presidente de la Comisión de Presupuesto, Aníbal Fernández, se comprometió a organizar una reunión entre los distintos actores involucrados junto a las autoridades del Ministerio de Economía. Ese encuentro se concretó el viernes pasado.

Durante esa reunión, las concesionarias y fabricantes reclamaron que el piso a partir del cual comience la aplicación del impuesto se actualice de manera automática, de manera que el año que viene no queden adentro del tributo muchos más modelos de producción nacional. La oposición se hizo eco de estos reclamos y presentó varios dictámenes en los que no cuestionó el instrumento del impuesto interno, sino que estableció un mecanismo automático de actualización de los montos.

Sin embargo, para el oficialismo, la ley de impuestos internos ya fija un mecanismo por el cual el Poder Ejecutivo tiene la facultad de modificar la base imponible, con el objetivo de evitar que entren en el tributo aquellos autos o bienes que son consumidos por los sectores medios.