La Unión Tranviarios Automotor (UTA) acató ayer la conciliación obligatoria dispuesta por el Ministerio de Trabajo y suspendió el paro nacional del transporte de larga distancia que había convocado para el 31 de diciembre, que hubiera generado un importante trastorno en la movilidad turística. El titular del gremio, Roberto Fernández, aseguró a los pasajeros que en esa jornada el servicio de ómnibus funcionará con normalidad. La convocatoria a la huelga nacional había sido realizada en repudio a “la negativa empresaria de otorgar un adelanto a cuenta de paritarias y en el pago de viáticos. Este año nos llevó nueve meses de discusiones para acordar aumento de paritarias y no queremos pasar por lo mismo”, justificaba Fernández. Ante el potencial conflicto con los usuarios, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, pidió al gremio que levantara la medida. “No puede ser que pongan nuevamente a la gente de rehén con pedidos absolutamente irracionales. Parece mentira que molesten de esta manera a millones de argentinos que lo único que pretenden es viajar para reencontrarse con sus familiares o disfrutar de unos días de vacaciones”, reclamó. Luego la cartera laboral dictó la conciliación obligatoria.