Miércoles, 29 de enero de 2014 | Hoy
ECONOMíA › EL TIPO DE CAMBIO OFICIAL SE MANTUVO A 8,01 EN EL MERCADO MAYORISTA Y UN CENTAVO MáS ALTO EN EL MOSTRADOR
El Banco Central informó que las reservas disminuyeron 188 millones para terminar en 28.701 millones de dólares. La entidad comunicó que las compras de energía demandaron 47 millones y vendió otros 60 millones en la plaza.
Por Fernando Krakowiak
El dólar oficial cerró ayer sin cambios a 8,01 pesos en el mercado mayorista y trepó apenas un centavo el precio al público quedando en 8,02 pesos. El Banco Central informó que las reservas disminuyeron 188 millones para terminar en 28.701 millones de dólares. Desde la entidad comunicaron a este diario que la caída se explica en parte por 47 millones que se destinaron a importaciones de energía. A su vez, el Central vendió 60 millones en el mercado de cambios. Las compras minoristas para tenencia y ahorro demandaron 12,7 millones de dólares. El dólar negro, por su parte, subió 35 centavos y llegó a 12,50 pesos, aunque varios operadores financieros reconocieron a este diario que prácticamente no se están realizando operaciones.
En lo que va del año la divisa estadounidense trepó 23 por ciento, pero el salto principal se produjo la semana pasada cuando el dólar oficial pasó de 6,81 a 7,95 pesos. Luego de esa devaluación, el ministro de Economía, Axel Kicillof, manifestó que un dólar en torno de los 8 pesos es adecuado para la economía. Por lo tanto, por estos días las miradas están puestas en la evolución de las reservas para ver cuánto cuesta mantenerlo en esos valores.
En el Gobierno confían en que la devaluación opere como un incentivo para los productores agropecuarios que hasta ahora han venido retaceando sus ventas a la espera de un tipo de cambio mayor. Cuando el dólar aumentaba un par de centavos por día, la especulación principal era que tarde o temprano vendría una devaluación mayor, ya que ese ritmo supuestamente era insuficiente. Además, el hecho de que todos los días la cotización subiera justificaba la espera de un mejor precio. Sin embargo, luego del salto brusco que pegó la divisa la semana pasada, sumado a la decisión oficial de plantarse en torno de los ocho pesos abrió un nuevo escenario. Lo que busca el Gobierno ahora es que cambien las expectativas.
Por ahora, en el mercado mayorista los valores con que se viene operando son similares a los de fines de la semana pasada. El dólar cerró a 8,01 pesos, las operaciones de contado con liquidación se pactaron a 11,05 pesos, mientras el tipo de cambio implícito en transacciones con bonos soberanos –dólar MEP– quedó en 10,85 pesos. A su vez, la tendencia sigue siendo la misma. Las reservas comenzaron el año en baja y así se mantienen acumulando una caída de 1900 millones de dólares en lo que va del año. Si bien los 28.701 millones le siguen garantizando al Central poder de fuego, lo que espera el Gobierno es que la conducta de los jugadores se modifique en las próximas semanas porque la autoridad monetaria no puede darse el lujo de perder 2000 millones de dólares de reservas todos los meses.
Para revertir esta situación no sólo se apeló a la devaluación. El Central también decidió convalidar una fuerte suba de la tasa de interés de referencia al ubicarla cerca del 26 por ciento en la licitación de Lebac que se llevó a cabo ayer, con la cual logró absorber poco más de 5000 millones de pesos de la plaza (ver aparte). Este nivel de tasas constituye un incentivo clave porque si al mismo tiempo el dólar se queda quieto en 8 pesos, menos pesos van a ir tras los dólares, aunque siempre depende de lo que la mayoría crea que puede llegar a pasar. Si se impone la idea de que tarde o temprano una mayor devaluación es inevitable, los ahorristas y grandes inversores podrían seguir volcándose al dólar aunque no obtengan una ganancia o ganen menos que si ponen el dinero en el banco. Las próximas semanas serán claves para ir viendo la reacción del mercado.
Otra de las medidas relevantes que tomó el Gobierno en los últimos días fue habilitar la compra de dólares para ahorro y tenencia por parte de los minoristas. Esta es una jugada fuerte, sobre todo en medio de una corrida cambiaria, pero tiene dos objetivos claros. Tratar de tranquilizar al pequeño ahorrista y evitar que se vaya al dólar negro para restarle relevancia a ese mercado que ha venido imponiendo como referencia un valor del dólar más alto que el oficial.
En los dos primeros días del nuevo sistema, los ahorristas con ingresos registrados validaron ante la AFIP pedidos por 90,1 millones de dólares y efectivizaron compras por 12,7 millones, un valor que está lejos de ser preocupante, sobre todo si se toma en cuenta que se está saliendo de un esquema donde la compra de dólares para ahorro estaba prohibida. El mercado negro, por el momento, reaccionó con subas, pero sus propios operadores reconocen que en los hechos está prácticamente paralizado. Los mayoristas sólo venden en ese mercado si antes compran porque son pocos los que se descalzan. A su vez, los que compran suelen ser personas que están muy urgidas por acceder al billete, ya sea por un viaje o algún otro compromiso. En esos casos, el dinero suele provenir de la actividad informal o de aquellos que están en blanco y tienen una capacidad para comprar más dólares que los que les valida la AFIP.
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