“Existen ataques especulativos que se dan en todas las dimensiones por una sola razón: para comprar activos financieros depreciados.” Así definió la situación económica actual el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. En esa línea también se había manifestado la presidenta, Cristina Fernández, desde La Habana, cuando acusó a “grupos económicos, exportadores e importadores” de ser “cómplices de los bancos para realizar presiones especulativas sobre los tipos de cambio de los países emergentes”. El Gobierno advierte que una parte de las tensiones en el frente externo se deben a la reticencia a realizar operaciones o a subfacturarlas por parte de los exportadores, en especial las cerealeras, y a adelantar compras o sobrefacturarlas en el caso de los importadores. También a maniobras de los bancos para fogonear la cotización del dólar paralelo, así juegan a la bicicleta financiera en el “contado con liqui”.

En su conferencia de prensa matinal, Capitanich pidió a los argentinos que “no sean ingenuos frente a los ataques especulativos que pretenden deteriorar la credibilidad y confianza de los gobiernos para luego establecer recetas clásicas y ortodoxas del neoliberalismo. Todos se dan cuenta de eso, salvo los dirigentes políticos de la oposición”. “Los argentinos estas películas las vimos repetidamente a través de la historia. Quien mejor puede defender su integridad moral, su bolsillo, su presente y su futuro es un gobierno que defiende los intereses de su pueblo”, agregó el funcionario. Incluso señaló en los objetivos de la especulación a las reservas petroleras y de agua dulce del país.

Además de las sanciones y las multas con las que el Gobierno amenazó a las empresas que aumentan precios por encima de sus costos, Capitanich también recordó los beneficios públicos al sector privado, como “préstamos con tasas de interés convenientes para fomentar la inversión, generar empleo y garantizar la dinámica productiva”, y las tarifas subsidiadas de energía eléctrica y gas que reciben algunas empresas. El jefe de Gabinete recibirá junto al ministro de Economía, Axel Kicillof, y el secretario de Comercio, Augusto Costa, a 38 complejos exportadores para que “los productores reciban un precio justo y que el bien llegue competitivo a las góndolas”.