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La Asociación Empresaria Argentina ratificó ayer como su titular para un período de tres años al presidente de Arcor, Luis Pagani, quien estará escoltado por un octeto de vicepresidentes, entre los cuales se encuentran otras destacadas figuras del empresariado local, como Paolo Rocca, del grupo Techint, o Amalia Lacroze de Fortabat. La renovación del mandato se anunció en un almuerzo al que asistió el ministro de Economía, Roberto Lavagna, cuya presunta destreza para el manejo de la crisis fue ensalzada por el empresario de las golosinas.
Todo lo que dijo el ministro fue bien recibido por la tribuna patronal reunida ayer en el Hotel Hilton. Desde la necesidad de obtener un superávit primario para “cumplir con los compromisos asumidos” a la de ligar los futuros aumentos salariales a un incremento en la productividad.
Tampoco faltaron pronósticos optimistas acerca de la marcha de la economía. Durante el encuentro, Lavagna pronosticó que el Producto Interno Bruto se duplicará en los próximos quince años y destacó la voluntad oficial de lanzar en corto plazo un segundo “plan antievasión”. De su éxito –según habría dejado en claro– depende la posibilidad de eliminar los denominados “impuestos distorsivos”, cuya supresión es reclamada por los empresarios en general.
Con su perfil de empresario nacional exitoso no confrontador, Pagani fue juzgado por la asamblea de AEA como el dirigente más adecuado para representar a una entidad muy poderosa, por la envergadura y diversidad de firmas que nuclea, pero que no surgió para la defensa de intereses sectoriales sino como reserva de poder: la idea original es llenar los espacios que eventualmente dejen vacante las crisis políticas severas, como la que desgarraba a la Argentina a principios del año pasado.