A comienzos de enero, el Gobierno anunció un plan de inversiones para evitar que se repitieran los cortes de luz de diciembre. Desde entonces, según datos oficiales, Edesur ejecutó unos 200 millones de pesos del Fondo para Obras de Consolidación y Expansión de la Distribución Eléctrica (Focede) y Edenor otros 170 millones. Además, el Ministerio de Planificación ya puso 740 millones de pesos a disposición de 20 municipios del conurbano bonaerense, con los cuales firmó convenios para renovar y ampliar redes de media y baja tensión, repotenciar centros de transformación y construir nuevos centros.

El Gobierno informó el pasado 3 de enero que los cortes de luz de diciembre afectaron a 57 mil usuarios por día en promedio, cifra equivalente al 1,1 por ciento de los clientes de las distribuidoras Edesur y Edenor. El pico se registró el viernes 20 de diciembre, cuando 152 mil hogares se quedaron sin luz, lo que durante aquella jornada elevó el porcentaje al 3 por ciento del total de los clientes. Eso significa que sólo ese día unas 600 mil personas quedaron a oscuras en el Area Metropolitana de Buenos Aires.

La cantidad de cortes no fue tan alta como la registrada en abril de 2012 o en la Semana Santa de 2013, pero la gravedad estuvo dada por la extensión de las interrupciones, que en algunos casos llegaron a ser de más de una semana, lo que derivó en numerosas protestas, que incluyeron cortes de calles y rutas. El ministro de Planificación, Julio De Vido, aclaró entonces que la situación en la zona de concesión de Edesur fue peor que en la de Edenor. “Por cada interrupción de Edenor hubo cinco de Edesur”, sostuvo.

A raíz de esos hechos, el Gobierno decidió asumir un mayor protagonismo en el eslabón de la distribución. La Subsecretaría de Coordinación y Control de Gestión, que encabeza Roberto Bara-tta, pasó a administrar los recursos del Focede, provenientes de un monto adicional que pagan los hogares desde fines de 2012, y decidir el orden de prioridad de las distintas obras. Las distribuidoras quedaron sólo con la responsabilidad de ejecutarlas. Además, se les ordenó a las empresas reforzar sus cuadrillas y mejorar la atención al público.

A comienzos de enero, también se había decidido ver la manera de avanzar sobre las distribuidoras eléctricas, quitándoles las concesiones o capitalizando la deuda que las firmas tienen con la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), pero ese plan por ahora quedó desactivado. Una medida de esas características desataría un conflicto con la italiana Enel, controlante indirecta de Edesur, lo que complicaría la negociación con el Club de París. Por eso, el Gobierno se concentró sólo en asegurar que se incrementen las inversiones.

En el caso de Edesur, del paquete trimestral de 205 obras anunciado a comienzos de enero, ya se terminaron 100 obras, 91 están en ejecución y sólo 14 aún no comenzaron. Fuentes del Ministerio de Planificación afirmaron a este diario que Edesur tiene unas 1800 personas trabajando en la calle entre personal propio y contratado, el triple de las que tenía el año pasado. Unas 1200 en las cuadrillas de obra y otras 600 en las de mantenimiento. En lo que respecta a Edenor, del plan de obras trimestral definido en enero, 90 ya están terminadas, 75 permanecen en ejecución y 60 aún no comenzaron.

El Gobierno también reforzó la inversión en las redes de distribución del conurbano bonaerense con recursos presupuestarios del Ministerio de Planificación. Desembolsó 16,5 millones de pesos en el municipio de Presidente Perón, 54,4 millones en Lomas de Zamora, 40,3 millones en Moreno, 26,7 millones en San Vicente, 50 millones en Avellaneda, otros 50 millones en Quilmes, 30,7 millones en Florencio Varela y 41,7 millones en José C. Paz, entre otros distritos.

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