ECONOMíA › SEGUN EL ECONOMISTA JEFE DEL FMI, EL REPUNTE DE ARGENTINA “NO ES TAN ALENTADOR”

El Fondo no se deja impresionar tan fácil

Kenneth Rogoff dejó en claro que el Fondo no abandona su viejo libreto. Se esforzó en mostrar la debilidad de la recuperación argentina y dijo que se frustrará si no consigue una rápida renegociación de la deuda. Lavagna viajó para hacer la oferta de reestructuración.

El FMI reconoció que la economía argentina terminará el año con un crecimiento del 5,5 por ciento y estimó que el próximo avanzará otros 4 puntos. Respecto de la primera cifra, es casi el doble de la proyectada por el organismo cuando firmó el acuerdo con el gobierno de Eduardo Duhalde en enero pasado. El cálculo en ese entonces fue que la expansión sería del 3 por ciento. Y es probable que con su nueva hipótesis se vuelva a quedar corto, cuando el Gobierno, el Banco Central y la mayoría de los consultores arriesgan que el PIB avanzará por lo menos 6 puntos este año. Pero el FMI no asume sus errores. Al referirse ayer a la Argentina, el economista jefe del Fondo, Kenneth Rogoff, evitó cualquier referencia a la falta de precisión en sus diagnósticos. Además, con tono crítico, dijo que “el crecimiento que ha registrado la Argentina en los últimos meses no ha sido tan especial ni tan alentador como se lo presenta”. Y advirtió que se puede frenar si no se consigue una rápida renegociación de la deuda.
Ese es el clima que le espera a Roberto Lavagna en la asamblea anual del FMI. El ministro partió anoche hacia Dubai, Emiratos Arabes Unidos, para asistir a ese cónclave. Su principal objetivo es dar a conocer el primer boceto de la propuesta oficial de reestructuración de la deuda. El tema atrae la atención internacional. La exposición tendrá lugar el próximo lunes. Antes de eso, mañana, el ministro se entrevistará con John Snow, secretario del Tesoro de Estados Unidos, a quien seguramente informará acerca de la propuesta que presentará dos días después a los acreedores.
Ayer, antes de tomar el avión, Lavagna estuvo reunido con Néstor Kirchner para ponerlo al tanto de todos los detalles. El Gobierno inicia un nuevo proceso fundamental, que determinará los compromisos a asumir con los acreedores tras el default. Mientras más altos sean, menos recursos tendrá para volcar a la asistencia social, a la obra pública y a la educación. El otro objetivo de Lavagna en Dubai es ver la concreción del acuerdo con el Fondo, del que resta la formalidad de su aprobación por el directorio.
En tanto, Rogoff presentó ayer el tradicional informe del FMI con las “Perspectivas Económicas Mundiales”. Las referencias sobre la Argentina destacan la recuperación experimentada tras cuatro años de recesión, pero advierte que “sigue siendo vulnerable a una serie de factores”, entre los que menciona la debilidad de las finanzas públicas y del sistema bancario.
Ante las consultas periodísticas, Rogoff completó el análisis con sus propias ideas. “El crecimiento de la Argentina no es tan especial cuando se compara con el que hemos visto en otros países afectados por crisis de deuda en los años ‘80 y ‘90, incluidas las economías asiáticas, que registraron repuntes muy drásticos, mucho más que los de la Argentina”, mencionó. “Y lo hicieron –completó–, a pesar de que perdieron recursos por pagar su deuda, mientras que la Argentina ha devuelto muy poco.” Es sorprendente cómo Rogoff olvida que las economías asiáticas y la argentina cayeron en crisis devastadoras por seguir las recetas del Fondo y desconoce que pudieron superarlas cuando endurecieron su posición contra los reclamos de Washington.
Por otra parte, Rogoff señaló la dificultad de trazar proyecciones sobre la economía argentina en tanto no se conozcan los planes para la reestructuración de la deuda. Según el economista jefe, aunque los acreedores se vean obligados a aceptar una pérdida sustancial del capital, el país tendrá que efectuar “importantes devoluciones netas en el futuro y esto representa una carga sobre los recursos que podrían usarse para otras cosas que impulsarían la recuperación”.
Rogoff insistió en que para garantizar un crecimiento sostenido en el futuro, la Argentina debe acometer importantes reformas estructurales. Y aunque parezca increíble, entre ellas citó la flexibilización laboral, la reconstrucción del sistema bancario y medidas para devolver la confianza de los inversores, tanto extranjeros como locales.
Más allá de la opinión del funcionario, el documento oficial del FMI indicó que la Argentina “necesita seguir adelante con la implementación de un plan creíble para reestablecer las finanzas públicas y reestructurar su deuda, fortalecer el sistema bancario, adelantar la reestructuración de las deudas privadas y asegurar que los pobres sigan adecuadamente protegidos durante la transición”.
Entre los datos positivos, el FMI pondera la reversión de una caída de la actividad por cuatro años consecutivos, la eliminación del corralito y del corralón, el aumento del superávit fiscal, una tasa de inflación baja, una caída de las tasas de interés, un aumento del intercambio comercial, la revaluación del peso y un incremento de las reservas del Banco Central. Sin embargo, advierte que la situación “sigue siendo vulnerable a una serie de factores”, entre los que destaca la debilidad de las finanzas públicas y del sistema bancario, incertidumbres legales y una extendida pobreza.

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Kenneth Rogoff, economista jefe del Fondo, puso en duda la cualidad del crecimiento de la Argentina.
 
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