“La ciencia y la tecnología son la perla de la corona, el núcleo que permite avanzar en la industrialización y el desarrollo”, dijo ayer Aldo Ferrer. Lo afirmó al exponer en la jornada “Tecnología y economía política: claves para repensar el desarrollo argentino”, la cual se organizó a partir de la iniciativa de la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA). El economista presentó la reedición de su libro de principios de los ’70 acerca del rol de la innovación para fomentar transformaciones estructurales de la economía. Destacó el esfuerzo del sector público en los últimos años para impulsar el conocimiento local, mientras que aseguró que existe un gran potencial para fabricar bienes tecnológicos en el país. Paula Español, Fernando Porta y Mariano Laplane también expusieron en el panel, para subrayar la actualidad y vigencia de la obra de Ferrer para generar cambios de la matriz productiva que potencien el crecimiento con inclusión.

AEDA y la Universidad Nacional de Quilmes reeditaron tras cuarenta años el libro Tecnología y política económica en América latina, de Ferrer. “En el ’74, cuando se publicó la obra, había un clima de intenso debate respecto de cómo producir a nivel local bienes con desarrollo de tecnología. El libro reflejó esas discusiones y mis experiencias en la gestión pública. En esos años se constituyó el Banco Nacional de Desarrollo para fomentar empresas innovadoras, se establecieron políticas de compre nacional y se avanzó en la construcción de las primeras centrales de Atucha, entre otros hechos”, indicó Ferrer. Agregó que ese proyecto de industrialización terminó con la dictadura militar del ’76, la cual avanzó en un régimen de hegemonía financiera donde la idea de generar tecnología nacional perdió el protagonismo.

“Tras el estallido de la crisis de 2001, se terminó el predominio neoliberal y empezó un nuevo ciclo que apostó por la innovación local”, dijo el economista. Apuntó que la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, el incremento de recursos para investigación y desarrollo, el avance de las actividades del Invap, la reactivación del plan nuclear, entre otros, fueron elementos clave para promocionar la producción local de conocimiento. Agregó que la dimensión tecnológica volvió a adquirir relevancia en una economía donde subsisten las mismas debilidades estructurales de hace cuarenta años, cuando se publicó el libro. Esto implica que el rescate de ideas que se elaboraron en aquel entonces tiene sentido y actualidad. “La primera edición del libro fue el canto del cisne al final de una etapa. La reedición de la obra es el ave fénix: evidencia el resurgimiento de un nuevo ciclo que avanza en la industrialización y el desarrollo de la ciencia y la tecnología”, comparó Ferrer.

Paula Español, vicepresidenta de AEDA y subsecretaria de Comercio Exterior, remarcó la actualidad del libro de Ferrer para discutir estrategias de desarrollo. “El libro conserva vigencia en cada una de sus páginas. Es una lectura esencial para pensar cómo seguir avanzando en el actual proceso de desarrollo que se inició en los últimos 10 o 12 años”, indicó la economista. Destacó que la obra planteó la inversión en ciencia y tecnología no sólo como un instrumento para aumentar la productividad, sino para mejorar la calidad de vida de la población. “Las políticas tecnológicas que apunten en esta dirección requieren detrás un proyecto político que busque el crecimiento económico con inclusión social”, afirmó. Agregó que la planificación estatal con un sector público que intervenga en la economía es central para lograr la industrialización.

Fernando Porta, de la Universidad Nacional de Quilmes, aseguró que el texto ofrece herramientas para entender el proceso de desarrollo argentino. “Las cuestiones analizadas en el libro tienen absoluta vigencia. Las formas de aplicar el conocimiento, la necesidad de planificar el desarrollo de la tecnología y la posibilidad de orientar la innovación para lograr un crecimiento sustentable son elementos centrales para el debate actual”, mencionó Porta. Indicó que la economía local y mundial no son iguales en relación con los ’70, pero que la necesidad de generar un salto de calidad de la matriz productiva a través de la innovación y los encadenamientos siguen siendo las mismas. “Las propuestas de política tecnológica del libro de Ferrer son centrales para lograr consolidar la estrategia industrial de los últimos años”, agregó.

Mariano Laplane, del Centro de Gestión y Estudios Estratégicos de Brasil, destacó los planteos conceptuales de la obra. “La relectura del libro, tras cuarenta años de su publicación, me generó un fuerte asombro. Los temas planteados por el maestro Ferrer son los mismos que se discuten ahora en el día a día de Brasil”, aseguró. Mencionó que el sistema de producción mundial se encuentra en mutación, lo cual genera oportunidades para avanzar en la transformación estructural. “En las últimas décadas las potencias maduras se desindustrializaron y ahora buscan recuperar la iniciativa apostando nuevamente por la producción de manufacturas a nivel local. Esto implica que ya no son sólo las economías emergentes las que se preocupan por los temas de la innovación y el desarrollo industrial”, cerró.