Desde Lima

“Es indignante cuando el FMI vuelve a batir el parche en la misma dirección y con las mismas recetas: primero asustan y luego ajustan”, lanzó el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, en la segunda jornada de la Reunión Regional Americana de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en esta ciudad. Las discusiones tripartitas entre gobiernos, empresarios y sindicalistas están atravesadas por la desaceleración económica que experimentan la mayoría de los países. El eje de esas conversaciones está puesto en los mecanismos para limitar el impacto del renovado coletazo de la crisis internacional sobre los mercados de trabajo. El sector empleador busca garantizar la “sustentabilidad” de las empresas, mientras que los dirigentes sindicales advierten que ese objetivo es imposible sin puestos de trabajo de calidad, la reducción de la precariedad laboral y la mejora del poder adquisitivo de los salarios. “El crecimiento del empleo o la mejora de su calidad no es sólo un resultado del funcionamiento de la economía, sino que es el producto de decisiones políticas y de la jerarquización del empleo entre los objetivos del Gobierno”, enfatizó ayer Tomada.

“Hay que meterles regulación a los flujos financieros especulativos”, enfatizó Ricardo Ffrench-Davis, que compartió el panel con Tomada. El economista chileno enfatizó la necesidad de desplegar políticas fiscales contracíclicas para acelerar la demanda en el actual escenario de desaceleración. Desde la visión del Ffrench-Davis, ese incremento en el gasto debe estar acompañado de “una reforma tributaria y transformaciones de la estructura productiva de los países”. El panel Desarrollo Sostenible con Trabajo Decente estuvo coordinado por Elisabeth Tinoco, la directora de la OIT para la región americana, y fue presentado por el titular del organismo internacional, Guy Ryder.

“Nos llevó mucho tiempo revertir el descalabro de las decisiones políticas y gubernamentales de años anteriores que significaron el avance del poder de decisión de las corporaciones sobre las instituciones de la democracia”, advirtió Tomada. A diferencia de la jornada de apertura que contó con la participación del presidente peruano Ollanta Humala (ver aparte), el auditorio principal del evento no estaba colmado, ya que muchos de los representantes de los empleadores y trabajadores de los diferentes países mantienen discusiones paralelas en el marco de la definición de una agenda laboral regional para los próximos cuatro años.

Durante la intervención del funcionario, uno de los cuatro discursos que ofreció ayer, estuvieron presentes en la sala el titular de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, y el secretario internacional de la CTA de los Trabajadores, Victorio Paulón. “La definición de políticas públicas orientadas a la generación de empleo de calidad requiere retomar el debate acerca del desarrollo económico y lo complejo del perfil de especialización de la estructura productiva en la región”, expresó Tomada al referirse a los modos de desarrollo enfocados en la explotación de los recursos naturales. “Mantengamos el camino y rechacemos los cantos de sirena de la especulación económica y financiera. Todos sabemos que donde hay especulación no hay empleo ni trabajo decente”, expresó el titular de la cartera laboral.

“Nos queda mucho por hacer en materia de desarrollo económico y social: siempre los logros de igualdad, justicia y derechos humanos son insuficientes y dependen de las convicciones y la voluntad política para alcanzarlos”, destacó Tomada. “El trabajo o la protección social no son sólo frutos del crecimiento, sino también sus promotores. El trabajo genera crecimiento”, indicó el funcionario que luego enfatizó la relevancia del diálogo social. “Sólo con un rol tutelar y proactivo de los Estados, preocupados por un desarrollo sustentable con inclusión social y con permanente diálogo con todos los interlocutores podremos avanzar hacia la concreción y solución de estos desafíos.”