El gobierno nacional no modificará este año las tarifas de trenes y colectivos, anticipó ayer el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. “Lo he hablado con la Presidenta. Cristina consideró que no es conveniente tocar las tarifas del transporte”, señaló el precandidato presidencial por el Frente para la Victoria (FpV). Además, dijo que la obra de soterramiento del ferrocarril Sarmiento está frenada por falta de financiamiento externo y detalló cómo continúa el plan de renovación de los trenes a Rosario, Mar del Plata, Córdoba y la línea Mitre.

La política ferroviaria, luego de la tragedia de Once, registró un giro de 180 grados. El Estado irrumpió con una inversión muy fuerte en la renovación del material rodante y en la infraestructura del servicio, quitó concesiones y pasó a operar varios ramales. También hubo un cambio en la política tarifaria, desde el congelamiento casi total hacia un recorrido más en línea con la inflación general en la economía.

En agosto de 2012 los tramos que en colectivo costaban 1,10, 1,20 y 1,25 pesos pasaron a 2 pesos para los usuarios sin la tarjeta SUBE. El mínimo del tren, que estaba en 70 centavos, trepó a 1,50 y 2 pesos sin el plástico que ahora ya es casi universal. El 20 de diciembre de ese año el aumento se generalizó a todos los usuarios: aquellos que contaban con la SUBE y venían pagando 1,10, 1,20 y 1,25 peso pasaron a pagar 1,50, 1,60 y 1,70 peso, respectivamente. Sin la tarjeta, los valores alcanzaron los 3, 3,25 y 3,50 pesos. En el tren, la mínima con SUBE de 70 centavos pasó a 1 peso y la de 80 centavos, a 1,10 peso.

Un año después, con vigencia a partir del 1º de enero de 2014, las tarifas volvieron a subir. Los pasajes de colectivo de 1,50, 1,60 y 1,70 peso subieron a 2,50, 2,70 y 2,85 pesos, respectivamente. En los trayectos más largos, en tanto, el boleto subió hasta 3,90 y 4,50 pesos.

El 1º de julio del año pasado el colectivo subió otra vez. El mínimo en el área metropolitana (0-3 kilómetros) pasó de 2,50 a 3 pesos con la SUBE y 6 pesos sin la tarjeta. El boleto de 2,70 (3-6 kilómetros) pasó a 3,25 pesos y el de 2,85 a 3,50 pesos (6-12 kilómetros). En todos los casos rige un descuento del 40 por ciento en el valor de los pasajes para jubilados y pensionados, trabajadores de casas particulares, beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH), asignación por embarazo, beneficiarios del programa de jefes de hogar aún vigentes y ex combatientes de Malvinas, un total de 900 mil usuarios beneficiados.

Según indicó ayer Randazzo, las tarifas de colectivos y trenes no se moverán este año, por decisión de la Presidenta. La baja del precio del petróleo, que reduce los costos del transporte, y la necesidad de impulsar el consumo a través del aumento del ingreso disponible de los trabajadores, en el contexto electoral, explican la estabilidad tarifaria.

En los últimos dos años, el boleto de colectivo subió 172 por ciento, un porcentaje que está muy por encima de cualquier índice de inflación. Por su parte, el gobierno porteño en casi tres años subió el pasaje de subte de 1,10 a 4,50 pesos, un 309 por ciento. En el caso del colectivo, de todas formas, si se contempla el período completo de gobierno desde 2003, la suba queda bastante matizada. El 13 de enero de 2009 la tarifa había pasado (por orden del Ministerio de Planificación) de 0,90 a 1,10 peso, de 1 a 1,20 y hasta 1,25 pesos. Un año antes, en enero de 2008, el boleto había avanzado de 0,75 a 0,90 pesos. Para encontrar la suba previa hay que remontarse a diciembre del 2000. En suma, desde 2003 el boleto mínimo de colectivo subió un 300 por ciento.

Por otro lado, ayer Randazzo también admitió que la obra de soterramiento del ferrocarril Sarmiento está frenada por la dificultad para conseguir el financiamiento externo. El ministro destacó la renovación de los ramales San Martín y Sarmiento, del Mitre, Roca y Belgrano Sur (que termina este verano), la del tren a Rosario y Mar del Plata y la licitación para renovar el tren a Córdoba.