“Ellos están acostumbrados a estar por encima de la ley y, en muchos casos, a dictar la ley”, señaló ayer el periodista y titular del CELS, Horacio Verbitsky, en relación con el rol de empresarios y financistas dentro de los poderes de gobierno tanto en dictaduras como en administraciones democráticas. La permanencia de estos factores de poder acaparó la primera disertación de la jornada “Los derechos humanos a la luz de las transformaciones económicas y financieras”, que organizó el Banco Central. Verbitsky destacó los avances en materia de derechos humanos desde 2003, pero remarcó las dificultades que aún persisten cuando se trata de empresarios. Son poderes permanentes, que resisten el castigo y además confrontan con el gobierno”, dijo el periodista de Página/12. “La lucha por la justicia para todos los responsables no es un tema del pasado, sino del presente y del futuro”, agregó.

“El Gobierno retomó las riendas del Estado al servicio del pueblo que lo eligió y no de los poderes permanentes”, destacó Verbitsky. Por su parte, el subgerente de Entidades Financieras del Banco Central, Pedro Biscay, sostuvo que “la protección que reciben los empresarios por parte de la Justicia evidencia que se sigue privilegiando los intereses de clase. Buscan instaurar un modelo de país para proteger a los poderes oligopólicos”. El funcionario insistió en que “la clave sigue siendo el uso del terror: las especulaciones cambiarias o un default económico son la nueva manera de terror que generan las corporaciones financieras”.

Dentro del mismo panel, el titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), José Sbattella, se refirió a casos emblemáticos de apropiación de bienes por parte de los militares y prófugos a los que se les embargaron cuentas en el país y el exterior. En esos casos, se refirió a la falta de colaboración de la Justicia cuando se trata de delitos económicos, que también deberían ser imprescriptibles. “Los frutos económicos de aquel plan delictivo no han sido alcanzados aún por la Justicia”, afirmó.

La actividad se vio coronada por la presencia de dirigentes perseguidos que contaron su historia en esos años oscuros.